San Pedro Sula.
El arándano por su sabor agridulce lo hace un favorito de niños y adultos por igual y, aunque son pequeños, las posibilidades de incluir arándanos en platos principales, complementos o postres son ilimitadas.
La Navidad y la época invernal los hacen uno de sus protagonistas, ya que se cosechan en los dos meses previos, y pueden almacenarse frescos o deshidratados durante más de un año en las condiciones adecuadas.
“Pueden consumirse como una botana saludable, emplearse en una gran variedad de recetas o agregarse a productos industrializados”, menciona la nutrióloga Esther Schiffman.
Preparación
“Las salsas, jaleas y polvos de arándano pueden usarse para preparar una gran diversidad de platillos y postres con un toque saludable, un color atractivo y un delicioso sabor”.
Conocido científicamente como vaccinium macrocarpon y nativo de Estados Unidos, el arándano es una mora de color rojo intenso que se da en suelos arenosos, con abundante agua y clima ideal.
“Se cosechan cuando están rojos y maduros, hacia septiembre y octubre, cuando han alcanzado ese sabor característico, entre dulce y ácido, que ninguna otra fruta tiene”, explica Schiffman.
“Son seleccionados y clasificados en base a su color y su capacidad de rebote, por lo que se les conoce como ‘bounce berries’ (moras que rebotan)”. Empacados al vacío, enlatados o congelados, son ideales para aprovechar en esta época.
Los arándanos son bajo y libre de grasa y sodio. Contiene mucha fibra y tienen propiedades refrescantes, tonificantes, astringente, diuréticos.
Fuente de antioxidantes que previene el estrés oxidativo, evitando la formación de radicales libres que son impulsores de muchas enfermedades.