¿Cuándo el síndrome de Tourette es en realidad autismo?

Las dos afecciones podrían explicar por qué esos jóvenes eran más propensos a tener un resultado positivo de autismo

Estados Unidos

Más de uno de cada cinco niños con síndrome de Tourette también tiene un resultado positivo de autismo, muestra un nuevo estudio.

Pero es poco probable que tantos niños en realidad tengan ambos trastornos. Lo que es más probable es que los síntomas del Tourette con frecuencia imiten o parezcan bastante similares a los del autismo, anotaron los investigadores.

'Nuestros resultados sugieren que aunque los diagnósticos de autismo fueron más frecuentes en los individuos con Tourette, parte de ese aumento podría deberse a síntomas como los del autismo, sobre todo las conductas repetitivas que se relacionan más firmemente con el trastorno obsesivo compulsivo', señaló la primera autora del estudio, Sabrina Darrow, profesora asistente en el departamento de psiquiatría de la Universidad de California, en San Francisco.

El Tourette afecta a entre uno y 10 de cada 1,000 niños, según los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos. En más común en los varones, y entre los tics típicos se encuentran carraspear, pestañear o hacer muecas.

Las personas con Tourette que también tenían un trastorno obsesivo compulsivo (TOC) o un trastorno de hiperactividad con déficit de atención (TDAH) eran más propensas a cumplir los criterios del autismo. Por ejemplo, un 83% de los que cumplían los criterios del autismo también cumplían los criterios del TOC.

El estudio incluyó a 535 niños y adultos con Tourette, un trastorno neurológico que provoca movimientos y sonidos involuntarios. Completaron una prueba de autorreporte del autismo. Casi un 23% de los niños cumplían los criterios del autismo. Más o menos un 9 por ciento de los adultos también cumplían los criterios del autismo.

En la población general, las tasas de autismo son del 0.3 al 2.9%.

El hallazgo respalda la idea de que los síntomas similares de las dos afecciones podrían explicar por qué esos jóvenes eran más propensos a tener un resultado positivo de autismo, dijeron los investigadores.

Anotaron que el síndrome de Tourette típicamente se diagnostica entre los 3 y los 9 años de edad. Los síntomas del Tourette alcanzan su punto máximo con la mayor frecuencia a principios de la adolescencia, y comienzan a calmarse a principios de la veintena. Los síntomas por lo general siguen mejorando a lo largo de la adultez temprana, dijeron los investigadores.

'Los niños tenían más del doble de probabilidades de cumplir con el umbral del [autismo] que los adultos, lo que indica que a medida que los tics se calman, lo mismo sucede con los síntomas del autismo. El autismo, al contrario, dura toda la vida', dijo Darrow.

El estudio aparece en la edición del 22 de junio de la revista Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry