SAN PEDRO SULA.
Aunque parece una alternativa saludable y grupos ambientalistas sugieren eliminar los lácteos -leche, quesos y yogur- de la dieta, los nutricionistas aún debaten entre cuál es la mejor opción para llevar una dieta saludable y completa.
Estudios afirman que los lácteos pueden ser causantes de trastornos en el metabolismo, como el acné y el aumento de peso, pero no son del todo claros. Sin embargo, son una buena fuente de calcio.
“Lo que se recomienda es no consumirlos en exceso o hacerlo es su forma descremada. La porción recomendada para un adulto son dos porciones al día, en un niño tres, y en un adulto mayor máximo dos”, dice Georgina Gómez, nutricionista y consultora independiente.
Por ejemplo, una porción de queso (panela, cottage o requesón) equivale a 50 gramos, y una de leche o yogur natural a un vaso. Además se debe equilibrar el consumo y hacer combinaciones adecuadas de alimentos.
Una de las reglas básicas es jamás mezclar con otras proteínas de origen animal, como queso con carne; lo mejor es hacerlo con raciones de frutas, verduras o cereales.
Además, es recomendable consumir leches descremadas y yogur natural para reducir la grasa, y no eliminar las proteínas y calcio que aportan los lácteos, dice la nutricionista Valeria Rubio.
La salud de huesos y dientes depende del aporte suficiente de calcio y de los alimentos que faciliten su absorción, como la vitamina C.
El consumo recomendado de calcio es de mil miligramos (1 gramo), en una dieta de 2 mil calorías, y los lácteos siguen siendo la fuente más importante de este nutrimento, dice Aline Valdés.
“Aunque se trate de eliminar los lácteos de una dieta, es complicado porque ningún otro alimento es una fuente tan representativa de calcio.
“Por ejemplo, una porción de sardina (90 gramos) aporta mil miligramos y una tortilla 55 miligramos, mientras que 1 vaso de leche descremada aporta 300 miligramos. Solo los charales se equiparan con la leche, pero no es común incluirlos en una dieta”.
Mas fuentes de calcio
Huevos.
De los mariscos: pescado, salmón, sardinas, bacalao, pulpo y mejillón.
Leguminosas: garbanzos, judías, lentejas y soya.
Verduras: espinacas, alcachofas, berros, brócoli y cebolla.
Frutos secos: pistachos, almendras, nueces y dátiles.
Frutas: manzanas, higos, naranjas, limones, fresas y tortillas.
