El desastre nuclear de Fukushima obligó la evacuación de más de 160.000 personas en un radio superior a los 50 kilómetros. Fotos: Arkadiusz Podniesinski.
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Los supermercados todavía están llenos de alimentos, existen autos por lo que hace pocos años sería una carretera, las pizarras de los colegios aún continúan escritas y las bicicletas continúan en los estacionamientos.
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Un restaurante con cocinillas portátiles listas para cenar parece haber sido abandonado precipitadamente.
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Los niveles de radiación aún no permiten el regreso de la población a las comunidades afectadas.
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Un salón de juegos recreativos quedó completamente abandonado tras el desastre nuclear.
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A 4 años de la tragedia, 120.000 personas continúan sin poder volver a sus casas, por los niveles de radiación en la zona afectada.
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La tierra radioactiva fue apilada en varias bolsas en las afueras de varias comunidades.
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Este laboratorio también fue evacuado tras el sonido de la alarma del tsunami.
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Todo esta contaminado. Actualmente, el paisaje de Fukushima es más propio de un escenario postapocalíptico que de una ciudad normal.
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“La energía nuclear es la energía de un futuro brillante”, dice irónicamente un cartel a la entrada de un pueblo abandonado.
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Varios clientes dejaron algunas de sus pertenencias en un restaurante.
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Varios restaurantes quedaron abandonados con comida servida en las mesas.
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Foto: La Prensa
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Los animales también sufren los efectos de la radiación. Varias vacas tienen pequeños puntos blancos en la piel. Un granjero asegura que es debido a que han comido hierba contaminada.
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La vista desde un drone de miles de sacos con tierra contaminada por la radiación de Fukushima.