El asesinato de Aranza Ramos, una activista que desde diciembre de 2020 buscaba a su esposo desaparecido en el norte de México, ha conmocionado el país y fue condenado por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH).
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Ramos, de 28 años de edad, fue secuestrada el pasado 15 de junio por la noche en su domicilio por parte de de un comando armado que posteriormente la asesinaron y abandonaron su cuerpo.
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'Se hará justicia para Aranza. Es de cobardes privar de la vida a una mujer sólo por buscar a su esposo desaparecido. El feminicidio ocurrido en Ortiz es un llamado a las autoridades federales, estatales y municipales a intensificar esfuerzos contra la impunidad', informó la Fiscalía General de Justicia de Sonora.
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Aranza ya había denunciado amenazas en su contra desde que emprendió la búsqueda de su esposo, Brayan Omar Celaya, quien desapareció hace siete meses en Sonora.
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'Te vamos a encontrar mi amor, espérame un poco mas', fue el último mensaje que Aranza escribió en Facebook a las 17: 21 horas, el mismo día que la mataron.
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Aranza dejó en la orfandad a una niña de un año con siete meses de edad.
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'Aranza había expresado temor por su seguridad y la de su familia ante posibles represalias por su participación en acciones e búsqueda', señaló la ONU-DH.
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El organismo hizo un llamado a las autoridades a investigar el asesinato 'de manera exhaustiva' y que se incluya en las pesquisas 'su labor de búsqueda' y la 'perspectiva de género'. También exigió que brinden 'atención integral a la familia de la señora Ramos, especialmente a su hija'.
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Tras la desaparición de su esposo, Aranza se unió al grupo de 'Guerreras Buscadoras de Sonora', un grupo de mujeres que buscan a sus seres queridos desaparecidos en ese estado, disputado por el Cartel Jalisco y el de Sinaloa.
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La joven buscó en cerros y terrenos baldíos alguna pista para encontrar a su esposo. Pero las amenazas en su contra no tardaron en llegar.
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El pasado 15 de julio las amenazas se concretaron. A las 11:00 p.m., un grupo de hombres armados irrumpió en el domicilio de Aranza, localizado en la comunidad de Ortiz, entraron a su vivienda y se la llevaron a la fuerza.
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Unas horas después su cuerpo sin vida fue ubicado en la entrada de la comunidad donde vivía. Aranza presentaba golpes en el cuerpo y huellas de tortura, así como varios disparos.
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“Deben ser las instituciones del Estado las que lleven a cabo la búsqueda inmediata con el máximo de los recursos disponibles para localizar a la persona con vida. Cuando un Estado no logra cumplir con este deber, se coloca a las familias de personas desaparecidas en una situación de riesgo”, expresó la ONU.