Nuevas revelaciones sobre el caso del 'Monstruo de Denver' estremecen a Estados Unidos luego de que Netflix realizara un documental que narra los detalles del asesinato de una madre y sus dos hijas a manos de su propio esposo.
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El documental American Murder: The Family Next Door, muestra los últimos días de vida de Shanann Watts, de 34 años, y de sus hijas Bella, de 4 años, y Celeste, de 3, antes de que las tres fueran asesinadas por Chris Watts, un caso que causó conmoción en EEUU y el mundo.
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Watts fue sentenciado a cadena perpetua tras declararse culpable por nueve cargos criminales, tres de ellos de asesinato en primer grado y uno por terminación ilegal de un embarazo, ya que Shannan esperaba al primer hijo varón de la pareja cuando la mató.
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Watts confesó a la policía haber asesinado a su esposa el pasado 13 de agosto de 2018, afirmando que lo había hecho tras sufrir un 'ataque de rabia', luego de que ésta hiciera lo mismo a las dos hijas al interior del domicilio, ubicado en Frederick, una ciudad de 8.600 habitantes unos 50 kilómetros al norte de Denver.
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El documental revela mensajes de texto, grabaciones oficiales de la policía con las declaraciones de Chris Watts y publicaciones en redes sociales que muestran como Shanann intentaba salvar su relación tras notar que algo 'andaba mal' con su esposo.
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La pareja, que enfrentaba dificultades financieras desde 2015, cuando se declaró en bancarrota, había preparado una fiesta para revelar el sexo del bebé en gestación, sin embargo, Shannan la suspendió tras discutir con su esposo reclamándole su ausencia durante sus vacaciones de verano en las que el prefirió quedarse en Colorado.
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Shanann y sus hijas Bella, de 4 años, y Celeste, de 3, desaparecieron el 12 de agosto. La cámara de seguridad de su casa grabó las últimas imágenes con vida de Shanann momentos antes de que ingresara a su hogar tras regresar de un viaje de trabajo.
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Al día siguiente, una de sus amigas que la acompañaría al médico para su cita de ultrasonido denunció su desaparición a la policía. El documental muestra a la atribulada mujer llamar varias veces a Shanann mientras espera junto a la policía que Chris llegue a la casa.
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Watts le muestra a la amiga el anillo de boda de Shanann afirmando que ella lo había abandonado. Luego dio varias entrevistas a medios locales pidiéndole a su esposa que regresara. 'Espero (que mi mujer) esté en un lugar seguro ahora y con las niñas', dijo Chris en una entrevista dos días después de la desaparición.
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Tras fallar una prueba de polígrafo, Chriss admitió ante las autoridades haber estrangulado a su esposa pero se negaba a confesar el asesinato de sus hijas culpando a Shanann de su muerte.
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El caso tomó un giro inesperado luego de que la amante de Chris, Nichol Kessinger, se presentara ante las autoridades para destapar la infidelidad del sospechoso.
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Nichol confesó tener una relación extramarital con Watts y afirmó que éste le había prometido que se iba a separar de su esposa pero que le había ocultado el embarazo de Shanann.
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La investigación de las autoridades mostró que el mismo día que Chris mató a su familia, envió mensajes de texto a su amante para planear su futuro y contactó a un agente de bienes raíces para poner en venta su lujosa casa.
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Tras negociar con las autoridades para evitar la pena de muerte, Watts finalmente confesó haber asesinado también a sus hijas. Tras ser condenado a cadena perpetua reveló que llevó a sus hijas aún vivas al lugar donde enterró a Shanann.
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Watts relató que su hija de 4 años, Bella, lo vio arrastrar el cuerpo de Shanann a su auto, fue en ese momento en que decidió asesinarlas a ellas también. Las subió al asiento trasero de la camioneta, con el cuerpo de su madre en el piso del vehículo, y condujo hasta el sitio de petróleo donde trabajaba.
Allí usó una cobija para ahogar a Celeste. '¿Me va a pasar lo mismo que a CeCe?', preguntó Bella a lo que su padre respondió que sí antes de asfixiarla y arrojar sus cuerpos en tanques de petróleo.
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Durante el juicio, el fiscal lo describió como un monstruo. 'Si quieres una nueva vida, pides el divorcio y ya. No aniquilas a tu familia', le espetó. El juez del caso relató que en toda su trayectoria no había visto un caso tan inhumano como el de Chris Watts, el monstruo de Denver.