Corea del Sur, que fue el principal foco de la epidemia de COVID-19 después de China, reportó hoy 74 nuevos casos de coronavirus, lo que supone el quinto descenso diario consecutivo y el segundo en que el número de casos desciende de 100. Estas son las claves del país asiático para controlar la epidemia:
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Con los nuevos casos detectados este lunes (dos menos que en la víspera), Corea del Sur suma en total 8,236 contagios, de los cuales 7,024 siguen activos a raíz de las 1,137 altas médicas y las 75 muertes que ha provocado el patógeno (ninguna hoy).
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De los más de 8 mil personas infectadas, Corea del Sur solo ha registrado 75 fallecimientos, una de las tasas de mortalidad más bajas en todo el mundo por el Covid 19.
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Al contrario de China, que escogió confinar a millones de personas, Corea del Sur adoptó una estrategia que combina información al público, participación de la población y una campaña masiva de pruebas.
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El país asiático cuenta con un sistema médico eficaz y desarrolló extensa campaña de detección, habilitando más de 500 clínicas ambulantes y auto-servicios para realizarlas y reducir los contactos entre enfermos potenciales y trabajadores de la salud.
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En tanto, los allegados de todas las personas contaminadas son buscados de manera sistemática antes de proponerles hacerse una prueba.
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Las autoridades evitan los desplazamientos de los enfermos –antes de ser diagnosticados positivos– rastreándolos a través de imágenes de videovigilancia, utilización de su tarjeta bancaria o de la situación de su celular, y luego son publicados.
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Las autoridades sanitarias también envían mensajes de texto a las personas cuando un nuevo caso es detectado cerca de sus casas o de su trabajo, una estrategia que levantó interrogantes sobre la protección de la vida privada, pero que condujo a muchos a hacerse las pruebas.
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Los lugares para acampar se convirtieron en clínicas ambulantes, y con el apoyo de miles de médicos y enfermeras se llegaron a realizar hasta 10,000 pruebas de detección al día.
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Las autoridades también han trabajado en labores de desinfección de escuelas, estaciones de metro y autobuses así como de aeropuertos para frenar la propagación del coronavirus.
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El Gobierno también prohibió las reuniones masivas, incluyendo las misas y cultos, luego de que una secta se convirtiera en el principal foco de propagación en Seúl, acumulando el 87 % del total de los casos surcoreanos. El templo fue clausurado.
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Las instituciones en Corea del Sur también implementaron una concienciación muy temprana sobre prácticas higiénicas, uso de mascarillas, el teletrabajo, la necesidad de quedarse en casa si se tienen síntomas o la de aplicar el distanciamiento social: son mensajes omnipresentes en calles, transporte público o medios de comunicación.