Varias ciudades ubicadas en el norte del archipiélago filipino están desapareciendo rápidamente bajo el agua debido al hundimiento gradual en las entrañas de la tierra en esta localidad.
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Como en otras localidades de la región, las ciudades se inundan del agua salobre de la bahía de Manila, provocando el desplazamiento de miles de personas.
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Para los expertos es una lenta catástrofe provocada fundamentalmente por el bombeo abusivo de las capas freáticas para surtir de agua a viviendas, fábricas y granjas en plena explosión económica y demográfica.
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La magnitud de la desastre es mucho mayor que el que representa el aumento del nivel de los océanos, debido a los riesgos que corren gran parte de los 13 millones de habitantes de Manila.
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La amenaza que supone la crecida de las aguas para la población y sus bienes se agrava con las mareas altas y las inundaciones provocadas por la veintena de tormentas tropicales y tifones que sufre el archipiélago cada año.
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En Sitio Pariahan apenas quedan unas cuantas familias, una escuela elemental, una cancha de básquet y lo que otrora fue una capilla, ahora inundada.
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Sus casas están instaladas sobre pilotes de bambú o montones de tierra que resisten.
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Las regiones situadas al norte de Manila, como las provincias de Pampanga y Bulacan, donde se encuentra Sitio Pariahan, se hunden entre 4 y 6 centímetros al año desde 2003, según observaciones satelitales.
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Es decir, en 16 años supondría una pérdida de un metro, según Narod Eco, uno de los científicos que estudian el fenómeno.
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This photo taken on January 11, 2019 shows residents looking out onto the bay waters in Sitio Pariahan, Bulacan. - Areas north of Manila like the provinces of Pampanga and Bulacan have sunk four-six centimetres (1.5-2.4 inches) a year since 2003, according to satellite monitoring. The creeping bay waters put people and property at risk, while the threat is amplified by high-tides and flooding brought by the roughly 20 storms that pound the archipelago every year. (Photo by Noel CELIS / AFP) / TO GO WITH Philippines-water-climate,FEATURE by Joshua MELVIN
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El fenómeno del hundimiento probablemente sea permanente, pues el suelo de las zonas más afectadas suele ser arcilloso, y la arcilla se contrae cuando se extrae agua de las capas freáticas.
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En algunas zonas, las autoridades, temiendo lo peor, elevaron las carreteras. Lo que dio lugar a extrañas escenas en las que las vías de circulación están al nivel de los pomos de las puertas de las viviendas circundantes.
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En las últimas décadas, al menos 5,000 personas se fueron de estas regiones fundamentalmente rurales del norte de Manila para escapar de las aguas que cubrían el interior de las tierras, explican a la AFP responsables de los servicios de gestión de catástrofes. Numeroso barrios limítrofes de la bahía de Manila también están amenazados.
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El problema del bombeo de las capas subterráneas de esta región es muy conocido. Desde 2004 hay una moratoria para la perforación de nuevos pozos en la región de la gran Manila.
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'El hundimiento [del suelo] representa una grave amenaza para la gente, su medio de vida y su cultura', advierte Joseph Estadilla, portavoz de una alianza que intenta proteger las localidades costeras de la bahía de Manila. 'En el futuro cercano la situación no hará más que empeorar'.
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Manila no está sola. Muchas otras ciudades están amenazadas por el hundimiento del suelo, sobre todo en Asia. La tierra se traga cada año 25 centímetros de Yakarta.
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Según los expertos, Bangkok, Houston y Shanghái se arriesgan a verse inundadas en unas decenas de años como consecuencia de una mala anticipación de los riesgos, de las violentas tormentas y de las mareas altas, que se suman a la explotación de las aguas subterráneas.