La catedral de Notre Dame de París, parcialmente arrasada por un incendio el lunes, encierra un tesoro litúrgico considerado como uno de los más ricos del mundo.
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Tras los saqueos y pillajes durante la Revolución Francesa, esta joya del gótico perdió una parte de sus obras maestras. Sin embargo, se ha ido reconstruyendo en los últimos siglos hasta llegar a una colección invaluable de obras de arte y otros monumentos históricos de la historia del cristianismo.
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La réplica más valiosa que se conserva en Notre Dame es la Santa Corona, la que según los católicos portaba Jesús poco antes de su crucifixión. Está compuesta de un círculo de juncos aglutinados en haces y unidos por hilos de oro de un diámetro de 21 centímetros, en el que se encontraban las espinas', según la página web de la catedral.
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Esta reliquia se 'salvó' de las llamas el lunes, al igual que la túnica de San Luis, uno de los reyes más famosos de Francia, que también se conserva en la catedral, según su rector.
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Además de la Santa Corona, Notre Dame conserva otras dos reliquias de la Pasión de Cristo: un pedazo de la Cruz y un clavo.
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El gran órgano de Notre Dame, con sus cincos teclados, sus 109 juegos (conjunto de tubos) y sus casi 8,000 tubos, es el más sobresaliente de la colección de órganos de la catedral.
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Construido a partir del siglo XV, el órgano se fue reforzando progresivamente, hasta alcanzar su tamaño actual el siglo XVIII. Sobrevivió a la Revolución Francesa sin daños 'gracias seguramente a la interpretación de músicas patrióticas', según el sitio de la catedral.
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Los tres rosetones de Notre Dame de París, unas vidrieras que representan las flores del paraíso, se construyeron en el siglo XIII y se renovaron en numerosas ocasiones. Los rosetones norte y sur, los más grandes, tienen un diámetro de 13 metros.
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En ellos se representan profetas, santos, ángeles, reyes, escenas de la vida de los santos... En el centro de los tres rosetones se representa respectivamente a la Virgen, al Niño Jesús y al Cristo en Majestad. Los rosetones también escaparon a las llamas.
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El tesoro de Notre Dame también cuenta con 37 representaciones de la Virgen. La más famosa de las 37 representaciones de la Virgen que existen en la catedral es la de la Virgen con el Niño adosada al pilar sudeste del trasepto, esculpida a mediados del siglo XIV.
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Detrás del altar se encuentra la monumental estatua del escultor Nicolas Coustou, una Piedad encargada por Luis XIV siguiendo el deseo de su padre, Luis XIII, y realizada entre 1712 y 1728.
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El jueves pasado se descolgaron de la flecha de la catedral, derrumbada este lunes, 16 estatuas de cobre que representan a los 12 apóstoles y los cuatro evangelistas para restaurarlas, salvándose así del siniestro.
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Los 'grands Mays'. Entre 1630 y 1707, la corporación de orfebres parisinos regaló cada 1 de mayo un cuadro a la catedral. De esos 76 'grands Mays', 13 se encuentran actualmente en las diferentes capillas de la nave. Algunos de estos cuadros, junto a otros artefactos de oro fueron puestos a resguardo en un hotel tras el siniestro de ayer.
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En el muro oeste de la Capilla de San Guillermo cuelga uno de los cuadros más bellos de la catedral, 'La Visitación', de Jean Jouvenet (1716), una obra maestra del siglo XVIII y vestigio del coro barroco de la catedral.
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La campana Bourdon. En la torre sur se encuentra la mayor campana de Notre Dame, llamada Bourdon. Repica en las grandes fiestas católicas y los grandes acontecimientos. La Bourdon se fundió hace más de 300 años y fue bautizada Emmanuel por su padrino, Luis XIV. Pesa 13 toneladas y su badajo, la parte que golpea contra las paredes de la campana para producir el sonido, pesa 500 kilos.