Más de un centenar de bomberos y policías tratan de rescatar, desde el domingo, a un niño de dos años que cayó a un pozo de 10 pulgadas de ancho y más 300 pies de profundidad (110 metros) en un pueblo del sur de España.
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Familiares del menor aseguran que vieron como caía por el agujero en la finca de su tío en la sierra malagueña de Totalán, donde había ido a pasar el día y almorzar una paella.
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El pozo no tenía protección. En un primer momento oyeron el llanto del niño, pero desde entonces no se ha escuchado nada más, y la estrechez del agujero impide ver en su interior.
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El pozo no tenía protección. En un primer momento oyeron el llanto del niño, pero desde entonces no se ha escuchado nada más, y la estrechez del agujero impide ver en su interior.
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Los bomberos introdujeron una cámara, pero se quedó atorada a los 260 pies de profundidad, quizá por un derrumbe de tierra que pudo haber cubierto al menor. En el interior del pozo han descubierto una bolsa de chucherías que llevaba el niño al caer, según informa el diario El País.
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La complejidad de las labores 'es alta' por las características del terreno. 'Sigue cayendo material que se compacta, es húmedo, la zona es fría, en definitiva no es fácil seguir rastreando', dijó María Gámez, subdelegada del gobierno en Málaga, a la cadena Antena 3.
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A pesar de ello, la operación se mantendrá 'hasta que se localice al pequeño', garantizó a la radio pública RNE Elena Trigo, portavoz de los servicios de emergencia de Andalucía.
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Las labores de rescate comenzaron hacia las 1 de la tarde del domingo en España y se ha intentado, sin éxito, localizar al niño introduciendo cámaras por el orificio.
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La operación es seguida de cerca por los medios españoles y ha generado numerosos comentarios en las redes sociales, incluso del presidente del gobierno, Pedro Sánchez, quien dijo en Twitter compartir 'la angustia de la familia del pequeño' y pidió mantener 'la esperanza en el mejor desenlace'.
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Otra de las complicaciones es que en la madrugada de este lunes se presentó un derrumbe en el interior del hoyo.
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Las autoridades han permanecido en el lugar desde que se dio a conocer la emergencia tratando de restacar al menor y brindando apoyo a la familia.
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Miembros de la Guardia Civil en los alrededores de la finca privada en la localidad malagueña de Totalán.
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Los padres del niño, del que sólo se conoce su nombre, Yulen, ya vivieron recientemente otra tragedia, al perder a otro hijo, Óliver, en la primavera de 2017 cuando sólo tenía tres años. El menor paseaba por la playa cuando murió de forma súbita en circunstancias que no han sido aclaradas, según medios internacionales.