Pese a que Donald Trump decretó el fin de los pedidos de asilo para quienes ingresen ilegalmente a Estados Unidos, más de 200 migrantes no pierden la esperanza y acampan desde hace dos semanas en el puente internacional Paso del Norte, en la frontera entre Ciudad Juárez (México) y El Paso (Texas).
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Los 254 migrantes, entre los que se encuentran hondureños, salvadoreños y guatemaltecos, llevan dos semanas durmiendo en el lado mexicano del puente fronterizo para no perder su lugar en la fila.
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Las autoridades de Chihuahua han convencido a algunos de los migrantes de quedarse en los albergues habilitados por las autoridades locales.
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En las últimas semanas apenas unos 20 migrantes han sido recibidos por los agentes estadounidenses en los oficinas de inmigración de El Paso para presentar su solicitud de asilo.
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Los migrantes fueron marcados con su número en la fila para evitar conflictos en el paso fronterizo, indicaron autoridades locales.
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Muy cerca de donde esperan las familias inmigrantes se puede ver el alambre de púas que soldados estadounidenses colocaron esta semana, para tratar de evitar que los indocumentados ingresen a territorio de EEUU.
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A raíz de la orden de Trump, las familias migrantes tendrán que presentarse a las afueras de la garita de entrada, a la vista de estadounidenses y residentes legales que cruzan la garita a diario.
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El número de migrantes en el puente entre Chihuahua y Texas aumenta cada día, indicaron las autoridades mexicanas.
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En tanto, más de 5,000 migrantes centroamericanos se dirigen a la frontera entre Tijuana y California, amenazando con provocar una crisis humanitaria en ese paso fronterizo.
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El domingo pasado llegó un grupo de unos 75 transexuales y algunos homosexuales a Tijuana, y este martes arribaron nueve autobuses con 350 migrantes, todos integrantes de la primera gran caravana.
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Los migrantes tendrán que acampar en la frontera o trasladarse a los albergues en Tijuana para esperar su turno para ser recibidos por las autoridades estadounidenses, lo que puede llevar varios meses.
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En tanto que el gobierno de Estados Unidos ha cerrado parcialmente con barricadas y alambres de púas las garitas de San Ysidro y Otay Mesa, del estado de California.
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Trump busca que el gobierno mexicano se haga cargo de los migrantes.