Tres días después de la violenta explosión del Volcán de Fuego, ubicado a 50 kilómetros al oeste de la capital, entre los departamentos de Escuintla, Chimaltenango y Sacatepéquez, los rescatistas siguen encontrando víctimas mientras aún se desconoce la cifra exacta de los desaparecidos, aunque las autoridades calculan que son 192.
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Los cuerpos de socorro, con sus propias manos, palas y picos, siguen levantando los escombros donde creen que hay casas soterradas. Las imágenes muestran desolación. Destrucción y tristeza.
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Los Bomberos dieron cuenta del hallazgo, este miércoles, de seis cadáveres en San Miguel Los Lotes, en el departamento sureño de Escuintla, la comunidad que quedó sepultada bajo miles de toneladas de material volcánico. Estas víctimas aún no cuentan en la cifra de 75 fallecidos que llevan las autoridades.
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A pesar de la condiciones adversas, los rescatistas siguen laborando en la demoninada zona cero, donde continúan encontrando cuerpos de varios de los desaparecidos.
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Los rescatistas marcan los cuerpos con una tarjeta de identificación que indica el sexo de la víctima y si es adulto o menor.
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En algunos casos, familiares ayudan a los rescatistas a identificar a sus seres queridos fallecidos en la tragedia.
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El pasado domingo, el volcán registró la erupción más fuerte en los últimas cuatro décadas, que ya se cobró la vida de 75 personas tras desatar una avalancha de material volcánico que sepultó a comunidades del poblado sureño de Escuintla.
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Las brigadas de rescate también han encontrado aun con vida aves de corral y perros que fueron abandonados por sus dueños durante la fuga para dejar atrás a la muerte.
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El volcán de Fuego sigue hoy activo, con explosiones débiles y moderadas, según alertó el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh).
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El ente científico asegura que están en 'alerta máxima' porque temen el desprendimiento de avalanchas debido a las lluvias.
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La columna de ceniza del coloso se eleva hasta los 4.700 metros de altura y no se descarta que se registren nuevos flujos piroclásticos.
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La impotencia de mucha gente que espera encontrar con vida a sus familiares se nota en sus rostros.