El repentino desencadenamiento de prolongados cortes de energía eléctrica en gran parte del país ha causado la quiebra de pequeños negocios, daños económicos a familias y ha obligado a miles de hondureños a realizar protestas callejeras.
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La mala administración y falta de planificación dentro de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (Enee), supuesto boicot ejecutado por al menos un proveedor de búnker, sabotaje contra una planta térmica, incapacidad en la distribución de parte de Empresa Energía Honduras (EEH) son algunas de las tantas causas de los apagones, según empresarios, miembros del Gobierno y críticos.
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Muchos negocios que dependen del suministro eléctrico trabajan a medio vapor o se ven forzado a suspender su atención al público.
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En La Ceiba, los empresarios y habitantes exhortan al Gobierno a dar una explicación y a solucionar la crisis que se desbordó el sábado luego de que un incendio destruyera tres generadores de la térmica del Grupo Laeisz.
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Los cortes “han ocasionado pérdidas millonarias en el comercio y la industria. Esto ha provocado tensión en la economía de La Ceiba”, dijo Raúl Ponce, presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Atlántida (CCIA).
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En una entrevista reciente con LA PRENSA, Jesús Mejía, gerente de la Enee, responsabilizó a la empresa UNO de provocar los primeros apagones en La Ceiba por haber demorado la entrega de búnker a la planta del Grupo Laeisz.
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Los apagones derivados del sabotaje ejecutado en la planta de La Ceiba se extendieron hacia Colón donde anoche los ciudadanos salieron a protestar para exigir la reactivación del fluido.
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En Comayagua, la crisis no es tan dramática, sin embargo, el sector empresarial teme que los cortes prolongados golpeen a las empresas exportadoras que están fuera del área urbana.
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Los habitantes de barrios y colonias populosas de San Pedro Sula salieron anoche a quemar llantas y a bloquear el paso en el bulevar del Este en protesta por el pésimo servicio.
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Pese a la falta de energía, esta maestra cumple su tarea de impartir el pan del saber a sus alumnos.
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Estos hondureños demuestran que, con o sin energía, la vida no se detiene.
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Numerosos comerciantes tuvieron que atender a sus clientes a la luz de las velas y esto en pleno día.
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Los apagones también son responsables por la pérdida de enseres domésticos en muchos hogares.
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La situación de los negocios es complicada de día, y no digamos por la noche.
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Los productos que no se refrigeran terminan por echarse a perder.
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La falta de energía trastorna la vida normal de buen número de hondureños, que en algunos casos ni siquiera pueden cocinar sus alimentos.
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Mientras tanto, a la mayoría solo le queda esperar a que la situación se normalice.