La organización de Rusia como sede del Mundial 2018 no parece tener ninguna falla. Desde el costado organizativo, a la infraestructura y, por supuesto, a los estadios. En los útimos días los rusos han inaugurado un nuevo estadio.
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El Rostov Arena, donde debutará Brasil ante Suiza el 17 de junio en la primera fase del Mundial de Rusia, fue estrenado en partido de la liga rusa que enfrentó al Rostov local y al Jabarovsk.
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El estadio, situado a orillas del río Don que desemboca en el mar de Azov, tiene capacidad para 45.000 espectadores.
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En el primer juego únicamente se permitió el acceso a unos 13.000 aficionados por motivos de seguridad.
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El Rostov Arena acogerá su segundo partido a finales de abril y el 13 de mayo las autoridades ya permitirán que el estadio se llene hasta los topes en la inauguración oficial.
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La FIFA recomendó que todos los estadios mundialistas de nueva construcción celebren partidos de preparación en abril y mayo.
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Brasil enfrentará a Suiza, Uruguay jugará contra Arabia Saudí y México ante Corea del Sur en este estadio.
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La forma del tejado del recinto imita los meandros del río Don.
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Tras el Mundial, las autoridades locales tienen previsto transformar la zona circundante al estadio en un centro deportivo y de salud.
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El Rostov Arena, construido especialmente para el Mundial de 2018, puede dar cabida a hasta 45.000 espectadores.