Entre las conductas que más preocupan a los padres de familia, se encuentran las c lásicas rabietas de sus retoños.
Cuando se dan estas escenas los niños suelen tirarse al suelo, se ponen a llorar y a dar patadas. A los pequeños no les preocupa para nada el escándalo que están protagonizando, ya sea en casa, en la calle o en cualquier lugar público.
Ante esta situación muchos padres de familia optan por castigar inmediatamente al pequeño, sin embargo hay factores que debe tomar en cuenta.
Siga los siguientes consejos:
- Ignorar la conducta y continuar con lo que se estaba haciendo.
- Expresarle en primera persona el efecto que provoca su actitud, como es “me estoy enfadando mucho”.
- Utilizar palabras clave o frases cortas como “basta” o “se acabó”.
- Decirle tranquilamente al niño que no va a conseguir lo que quiere: “lo siento, no voy a comprarte chucherías”.
- Añadir con firmeza cuál es el comportamiento que se espera de él: “cuando te tranquilices y dejes de llorar, te atiendo”.
- Retirarse de la situación y darle al niño un tiempo para que reflexione.