Higiene alimentaria: limpiar, separar, cocer y enfriar

Normas básicas que, a veces se nos olvidan y pueden provocar diferentes enfermedades.

  • 22 sep 2020

SAN PEDRO SULA.

Mantener la temperatura adecuada de los alimentos o lavarse las manos son algunos de los pequeños gestos que pueden evitar millones de enfermos y cientos de miles de muertes.

Estas son las consecuencias de hasta 200 tipos de enfermedades, entre la diarrea y el cáncer, que pueden provocar las bacterias, parásitos, virus o sustancias químicas nocivas.

Datos que incitan a mejorar la seguridad de alimentos como la carne de ave, que no suele cocinarse lo suficiente, o las salsas realizadas con huevo. Muchos son los riesgos pero también numerosas son las medidas que se pueden tomar para evitarlos.

La alerta sanitaria ante posibles riesgos alimenticios o la trazabilidad de los productos son dos de las desarrolladas por la OMS para reforzar la seguridad de cada alimento desde la granja hasta la mesa. Dos controles con un objetivo: hacer del producto un alimento inocuo. Ello quiere decir que cumpla su función sin suponer ningún riesgo para la salud.

Las probabilidades de que ese riesgo exista han disminuido gracias a la ciencia y la tecnología actuales, pero sin embargo Alex Pérez, nutricionista de GO fit, recuerda que “un alimento puede dejar de ser inocuo en cualquier punto de la cadena alimentaria”. Por tanto la pregunta es ¿qué podemos hacer para mejorar la seguridad al comer?

Consejos
A la hora de hacer la compra, en la tradicional lista debemos de incluir una serie de recomendaciones como comprar productos bien etiquetados o con el envase en buen estado. Normas evidentes que a veces se nos olvidan.

Se trata de aprovecharnos de todo lo que está a nuestro alcance para mantener los alimentos en el mejor estado posible. Y para ello sólo hay que seguir cuatro normas:

-Limpiar. La higiene debe ser el primer ingrediente de nuestra receta. Una característica que abarca la limpieza de nuestras manos, los utensilios, los alimentos y la superficie donde cocinamos.

-Separar. No juntar alimentos crudos y cocinados e intentar utilizar diferentes utensilios para manipular unos y otros.

-Cocinar. Cada alimento tiene su cocción adecuada y conseguirla supone reducir los riesgos de que la carne o el pescado puedan contaminarse. Por ejemplo, dos de las comidas más susceptibles de contaminarse son el pollo o los huevos, los cuales deben alcanzar al menos el 75% en su cocción.

-Enfriar. Lo ideal es cocinar y consumir el alimento justo después de su preparación. Si no es posible, hay que intentar que la comida cocinada este en la nevera antes de dos horas tras la cocción. Otro pequeño gesto de seguridad alimentaria es utilizar el microondas para descongelar los alimentos, en vez de hacerlo a temperatura ambiente.

Recomendaciones que tienen a las bacterias como enemigo. Salmonella o Campylobacter son muy comunes, pero son muchas las que pueden ocasionarnos problemas de salud al contaminar los alimentos que ingerimos.