10 claves contra la violencia familiar

Los actos violentos dejan secuelas en sus víctimas y supone un riesgo para la salud mental y física del individuo.

  • 09 jun 2020

SAN PEDRO SULA.

Identificar los tipos de violencia puede ser uno de los primeros pasos que las personas pueden hacer para ver si su pareja es un agresor, y así tomar medidas necesarias para no caer en un círculo de violencia.

Debido a que durante las relaciones de pareja se desarrollan una serie de actividades, como compartir tiempo, amor, pasiones y deseos, después de cierto tiempo se originan ciertas situaciones que pueden estar poniendo en peligro la integridad de un miembro de la pareja, ejercida de manera sutil como agresiva.

La violencia doméstica más que un incidente casual se da a través de ciclos que suceden en el tiempo y que llegan a constituirse en mecanismos sostenedores de la relación de violencia, asegura Jenny Argüello, socióloga y docente en prevención de violencia de poblaciones vulnerables.

“Estadísticamente está comprobado que las féminas son más vulnerables a sufrir violencia, y esto trasciende no solo a la mujer porque afecta a la familia, sino también a los amigos cercanos y a toda una sociedad, que normaliza actos de violencia”, dice Argüello.

Socióloga y preventora de violencia
Jenny Argüello

Foto: La Prensa

“Los ciclos de violencia se rompen cuando se toma la decisión de poner un alto, pudiendo resurgir
de las cenizas”

La violencia se puede manifestar de diferentes maneras, argumenta la socióloga, por eso ella comparte 10 claves para que la contrarreste:

1.- Analice expresiones. Palabras como “no sirves para nada”, “no sé para qué me quedé contigo”, “¿Quién serías sin mí?”, “¿Quién mantiene la casa?”, “Si no fuera por mí...”, “no haces nada...”, “para nada estás haciendo tal cosa...”, “ni a los hijos puedes cuidar...”, “no me agradan tus amigos”, “para qué vas a seguir estudiando...”, “sería mejor que no le hablaras”, estas palabras podrían ser la puerta de entrada a la violencia.

2.-No oculte acciones. Cualquier acción que provoque daño o sufrimiento físico que afecte la integridad de su persona dígaselo a alguien de confianza para una ayuda, ya que actos como manotazos, heridas, quemaduras, cachetadas, intención de golpear e, incluso, un empujón es violencia física. Nunca exprese: “¡él nunca me ha pegado, solo ha intentado”, “me gritó porque yo le contesté…”.

3.- Revise situaciones. “Cuando quiera te voy a dar…”, “a ver cómo logras mantenerte”, “si quieres que lo haga haz lo que yo te diga...”, “te tiene que ajustar para toda la semana...”. Estas acciones corresponden a una violencia económica, busque una vía mediante una ley competente para solventarlo, no deje vías a la violencia.

4.- Situación de contexto. Toda acción que amenace o viole el derecho de una mujer a decidir sobre su sexualidad, abarca cualquier forma de contacto sexual no consentido. La violencia sexual no solo se limita a forzar a una mujer contra su voluntad, sino a cualquier tipo de acoso, explotación, abuso o intimidación sin importar si se da dentro o fuera del matrimonio o cualquier otra relación, ponga ojo a cualquier situación de estas.

5.- Explosión de violencia. El agresor siempre acude a la agresión física, donde descarga todo el enojo y la frustración, la somete y lastima profundamente haciéndole creer que merece darle una lección para que aprenda a respetarlo. Nunca lo acepte y lo normalice como si nada, eso es violencia.

6.- Acumulación de tensión. La persona que genera violencia es susceptible e irritable, todo le parece mal y responsabiliza a su pareja de su enojo, por esta razón le reclama, la critica, se burla, intimida y azota puertas o cosas. “¿Dónde estabas?”, “Te estuve llamando y no respondías, ¿con quién estabas?”, momentos de incertidumbre porque en cualquier momento la golpea, atiéndase antes de que caiga en agresiones.

7.- Distanciamiento de pareja. Un distanciamiento de pareja se puede dar desde el mismo hogar, ya que no se hablan, duermen separados y terminan cualquier contacto de relación hasta convertirse en enemigos. Esto se da por el miedo de afrontar la situación. Puede que dure meses u horas. No deje que se alargue esta situación y que le genere un ambiente de hostilidad, contrarreste estos episodios.

8.- Culpa y arrepentimiento. Esté siempre alerta, ya que después de un tiempo el agresor se siente culpable y busca arreglar la situación, se muestra cariñoso y promete que cambiará; en muchas ocasiones utilizan a los hijos para lograr el perdón. La víctima se siente confundida y tiene temor de quedar sola, ya que puede depender de él tanto económica como emocionalmente, venza esa adversidad.

9.- Reconciliación o luna de miel. Cuando las parejas se reconcilian tras un episodio de violencia inicia una etapa de luna de miel donde el agresor se muestra amable y tolerante, le da regalos a la otra persona, es atento y complaciente. El agredido siente que ya todo pasó y que las cosas serán diferentes, se aleja de las personas que la apoyaron o criticaron a su pareja. Sin embargo, la tensión llegará después.

10.- Amor propio. Este es fundamental para construir una relación saludable, para que se permita transitar y construir un camino de paz con aquellos con quienes formamos lazos amorosos. Jorge Bucay, psicoterapeuta, dice: “Cuando esa persona que queremos no es capaz de evitar una sola noche de dolor y una sola noche de sufrimiento, esa persona no merece nuestro amor”.