Si a usted le atraen las tortugas y está pensando en tener una como mascota, debe seguir los cuidados necesarios o de lo contrario este animalito podría transmitirle enfermedades como la salmonelosis.
Una reciente investigación de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos reveló que desde el año pasado se registró un brote de salmonela que hasta ahora ha afectado a por lo menos 76 personas en ese país, precisamente porque entraron en contacto con tortugas que tenían como mascota.
El doctor Orlin Velásquez, de la clínica veterinaria Pet’s Planet, (Ubicada en Santa Cruz de Yojoa) da algunas recomendaciones para que los dueños de estas mascotas sigan las medidas de higiene necesarias con el fin de evitar enfermedades tanto para la tortuga como para las personas que estén en contacto con ella.
 El agua del acuaterrario debe cambiarse una vez por semana. Para evitar que el agua se ensucie mucho puede alimentar a su mascota en otro acuaterrario, esto es una opción.
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“El acuaterrario (recipiente donde viven las tortugas) debe tener un filtro para que el agua se mantenga limpia. También es necesario un sustrato (rocas especiales), que ayuda a que las heces del animal se sedimenten y así se previene que la tortuga padezca de coprofagia, enfermedad que sufre cuando se come sus heces”, explica Velásquez.
El experto indica que el agua del acuaterrario debe cambiarse una vez a la semana.
“Al momento de cambiar el agua tiene que pasar la tortuga a otro recipiente que ya tenga una temperatura de 25 grados centígrados. Utilice guantes para no entrar en contacto con el agua sucia y evitar enfermedades”.
 Las piedras que decoren el acuaterrario no deben ser más pequeñas que la tortuga, ya que ella podría tragarlas y morir asfixiada. Asimismo, es importante que las rocas sean especiales, puesto que las piedras comunes podrían tener sustancias tóxicas para el animal.
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Recomienda limpiar las piedras y todos los instrumentos que estén dentro del acuaterrario, con un poco de cloro y ponerlos a secar bajo el sol. Una vez que estén secos hay que introducirlos al tortuguero y depositar el agua nueva. Espere unas 48 horas para que se disuelva el cloro con el que limpió las piezas.
“Es importante esperar este tiempo para meter a la tortuga de nuevo, ya que los residuos de cloro podrían dañar su piel y sus ojos”, advirtió. Una vez que haya terminado todo el proceso aconseja lavarse las manos y utilizar un desinfectante para no contraer infecciones.
 El doctor Orlin Velásquez, de la veterinaria Pet’s Planet.
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