Puerto Rico.
El cantante Marc Anthony ha puesto a la venta por 12 millones de dólares (casi 11 millones de euros) su casa en el exclusivo vecindario Brookville de Long Island (Nueva York) en la que residió junto a sus dos primeras mujeres, la ex Miss Universo Dayanara Torres -madre de sus hijos Ryan (13) y Cristian (11)- y Jennifer López, tal y como informa Variety.
La exclusiva mansión cuenta con una vivienda principal con diez habitaciones y cinco cuartos de baño que Marc y Jennifer remodelaron con la ayuda del diseñador de interiores preferido de las estrellas, Thom Filicia, tras pasar por el altar en 2004.
La exclusiva mansión cuenta con una vivienda principal con diez habitaciones y cinco cuartos de baño que Marc y Jennifer remodelaron con la ayuda del diseñador de interiores preferido de las estrellas, Thom Filicia, tras pasar por el altar en 2004.
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Además, el entonces matrimonio amplió la propiedad con una segunda casa para invitados equipada con cinco habitaciones y cuatro baños al adquirir un terreno adyacente en 2008 poco después del nacimiento de sus gemelos, Max y Emme (6).
Entre los lujos con los que cuenta la casa se encuentra una sala de cine subterránea con asiento para 17 personas, un estudio de grabación profesional completamente equipado y una piscina y una cancha de tenis en el jardín.
Sin embargo, tras contraer matrimonio con la modelo Shannon de Lima el pasado mes de noviembre, Marc parece haber decidido que ya es hora de dar carpetazo al pasado deshaciéndose de todo aquello que pueda recordarle a él, o a su flamante nueva esposa, sus anteriores fracasos sentimentales.
Entre los lujos con los que cuenta la casa se encuentra una sala de cine subterránea con asiento para 17 personas, un estudio de grabación profesional completamente equipado y una piscina y una cancha de tenis en el jardín.
Sin embargo, tras contraer matrimonio con la modelo Shannon de Lima el pasado mes de noviembre, Marc parece haber decidido que ya es hora de dar carpetazo al pasado deshaciéndose de todo aquello que pueda recordarle a él, o a su flamante nueva esposa, sus anteriores fracasos sentimentales.
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