California.
A punto de publicar sus memorias, Demi Moore se sinceró sobre los capítulos más inestables de su vida, el amor, sus mayores adicciones o sobre los cambios que sus hijos provocaron en ella en el nuevo número de Harper’s Bazaar US.
Además, a sus 56 años, la intérprete vuelve a protagonizar una portada totalmente desnuda, algo que no sucedía desde 1991, cuando posó embarazada de su hija Scout LaRue, con la que demuestra que sigue siendo una de las mujeres más bellas.
A lo largo de la entrevista, Demi revive los momentos que marcaron su vida y, en gran parte, la de su familia. Cuando apenas era una niña tuvo que ayudar a su padre a reanimar a su madre, que había sufrido una sobredosis, un episodio muy duro que, como ella misma afirma, supuso el final de su infancia. “Lo siguiente que recuerdo es usar mis dedos, los dedos pequeños de un niño, para sacar de su boca las píldoras que mi madre había intentado tragar mientras mi padre la mantenía abierta y me decía qué hacer. Algo muy profundo dentro de mí cambió entonces y nunca retrocedió”, explica.
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Familia.
Moore no duda en hablar sobre el amor y la felicidad que vivió en sus diferentes relaciones, sin olvidar lo complicado que resultaba una relación privada en una vida pública. “Como mujer, madre y esposa hay ciertos valores y votos que considero sagrados, y es en este espíritu que he elegido seguir adelante con mi vida”, añade.
A la hora de hablar de sus tres hijas, Rumer, Scout y Tallulah, la intérprete no puede mostrar mayor orgullo por cómo han sabido criarles tanto ella como el padre, el reconocido actor Bruce Willis. “Mis hijas me ofrecieron la oportunidad de empezar a cambiar el patrón generacional, de ser capaz de romper los ciclos”, cuenta Moore.
La afamada intérprete también se sinceró sobre un dramático episodio que hasta ahora no había salido a la luz: el aborto que sufrió durante su extinto matrimonio con Ashton Kutcher y cuando se encontraba ya en su sexto mes de gestación de una niña.
