Las denuncias de varias irregularidades, presentadas por Ana Irasema Robles, vicecónsul en Phoenix, Arizona, Estados Unidos, aseguró la funcionaria, provocaron su salida de la representación diplomática ayer.
Un correo electrónico enviado por Luis Cordero, de la embajada de Honduras en Washington, anunciaba la decisión tomada por la Cancillería.
La medida ha generado revuelo, a tal grado que la destituida funcionaria sacó a la luz irregularidades que desde hace varios meses, aseguró, se han estado cometiendo en la sede diplomática.
LA PRENSA quiso obtener la versión de Atily Kaemper, cónsul de Phoenix, pero no quiso referirse al tema hasta documentarse en el caso. Solo aseguró que desconocía el despido de Robles.
Este es otro escándalo que ocurre en las sedes diplomáticas hondureñas.
Las denuncias
La exfuncionaria afirmóa LA PRENSA que desde inicios de este año, por el mal manejo de los fondos del consulado, alertaron de las anomalías que se cometían, al grado que después de advertir de gastos no justificables decidió retirar la firma mancomunada que mantenía en la cuenta No. 22600443194 de Bank of America.
“He puesto varias denuncias. Una porque la cónsul estaba utilizando los fondos del consulado para pagar las cuotas de su carro. Teníamos acceso las dos. Cancelé mi firma porque yo estaba de responsable. No había que ingresar ese tipo de gastos, pero lo pagó durante seis meses”, se quejó Robles.
Otra situación anormal, aseguró, fue el nombramiento de Vincenzo José Balletta Laitano como cónsul desde el 29 de febrero de 2012, cuando el acuerdo original del mismo era de agregado comercial.
“Nos mandaron a Vincenzo Baletta, que estaba antes en Houston desde el gobierno de Manuel Zelaya Rosales y no ha sido acreditado por este Gobierno. A este funcionario lo sacaron porque sus empleados no lo querían y se presentó una queja en su contra por acoso laboral”, relató Robles.
Ese nombramiento, para la exvicecónsul, fue una decisión de la propia cónsul, quien, afirmó, lo acreditó ante el Departamento de Estado como cónsul, siendo agente consular.
“Presenté mi queja, pedí que se abriera una investigación, pero no hicieron nada. Por eso denuncié ante Derechos Humanos. Es algo delicado acreditar una persona que no tiene el cargo”.
Después de varias denuncias, incluso de cobros en el consulado móvil que establecieron en Colorado, Robles afirmó que como medida represiva se encontró con el correo electrónico en que cancelan su nombramiento.
“Pedir que se investigue es mi pecado. Tengo las pruebas que evidencian la corrupción en esta representación”, dijo.
