19/04/2024
07:53 PM

'Es una oleada severa de dengue, pero aún falta lo más grave”

La enfermedad está propagándose por todo el país y recrudecerá en los próximos 70 días.

    Honduras afronta una oleada severa de dengue y las autoridades deben focalizar su trabajo en Tegucigalpa, San Pedro Sula y el resto de municipios más afectados del país para volcar los esfuerzos en la eliminación del mosquito transmisor y atender a los enfermos graves, advirtió el infectólogo Tito Alvarado.

    El médico aseveró en entrevista con Diario LA PRENSA que a pesar de los esfuerzos que hace la Secretaría de Salud, se avecinaun agravamiento de la enfermedad en vista de que julio, agosto y septiembre usualmente experimentan un alza de los casos por tratarse de meses muy lluviosos en que el mosquito se multiplica.

    -¿Cómo analiza la situación de dengue?

    Con el doctor Manuel Figueroa, un connotado virólogo, hicimos un estudio en la costa norte y pudimos contar seis muertos que nunca fueron diagnosticados como dengue, pero que murieron en sus casas.

    Después de todos estos años vino el serotipo 1 y comenzaron a venir otros serotipos de los cuatro que existen, de modo que el dengue llegó a Honduras para quedarse porque el mosquito busca condiciones idóneas en donde reproducirse como agua, basura y ahí se queda.

    -¿Cómo ingresa el dengue al país?

    Llega por el área del Caribe a través de los visitantes que llegaban al país. El dengue siempre ha estado en el área del sudeste asiático, pero luego migró a Centroamérica y Sudamérica. En 1975 llega a Honduras. De ahí se registran las grandes epidemias de 1980 y 1981 en Cuba, donde hubo 10 mil casos severos, 158 muertos y miles de infectados. Todos los años tenemos dengue en Honduras porque las condiciones se prestan para ello y cada tres y cuatro años viene en forma cíclica.

    -¿Qué tan grave es el dengue?

    El dengue en nuestro medio es un problema mayúsculo porque no existe la capacidad operativa ni educativa de nuestra población para que esté controlando los criaderos y que tenga su pila limpia cada ocho días con la untadita, porque si así lo hace, no necesita el abate, pues mata las larvas. Las
    condiciones del mosquito son propicias siempre que vienen las lluvias y lo más trágico es que vienen oleadas muy severas como la actual.

    -¿Estamos frente a una oleada severa?

    Sí, esta es una oleada severa por lo siguiente: estamos en la semana epidemiológica número 27, estamos a mediados de año y nos faltan julio, agosto y septiembre, que son meses lluviosos y ya llevamos 10,500 casos confirmados y 1,700 severos. ¿Cuántos otros casos no habrá? Porque existe un subregistro mayúsculo.

    Esta vez el dengue ha impactado en urbes como Tegucigalpa, San Pedro Sula, Choluteca y está en toda Honduras porque las condiciones se prestan. Si las condiciones climáticas continúan, si las llantas, recipientes y botellas no se eliminan, la densidad del mosquito será alta. En este momento la densidad es del 25%, es decir que de 100 recipientes, 25 están positivos por larva. Hay otros sectores en los que densidad es del 30 y 40%.



    -¿Viene un agravamiento de la enfermedad?

    Pues no hay duda. Sabemos del esfuerzo que está haciendo la Secretaría de Salud, pero no hay capacidad operativa y máxime con los problemas económicos del país, hacemos lo que podemos porque el 60% de la población que vive en el área rural y en las áreas periféricas no tienen esa capacidad. El problema se agrava por la falta de agua de consumo humano, lo que obliga a la gente a almacenarla.

    -¿Estamos a las puertas de una epidemia igual o mayor que en 2010?

    En 2010 hubo 83 muertos y miles de casos durante todo el año. Ahorita nos faltan dos meses y medio. Se están haciendo esfuerzos por matar el mosquito adulto, pero con eso no resolvemos el problema porque el criadero queda. Lo más importante es eliminar el huevecillo para que no produzca la larva y eso se logra lavando con la untadita. Ahí está nuestro talón de Aquiles porque la gente no lo hace de forma constante por situaciones económicas. Va a haber más casos, ahorita hay 12 muertos y hay otros por confirmar por la Comisión de Certificación.

    -¿Por qué esa reincidencia de la enfermedad?

    El problema es integral, fallan los gobiernos, fallan las personas y por supuesto las condiciones muy críticas del control de las aguas y el medio ambiente en el país. Hay una serie de condiciones que hacen presa fácil a Honduras. Todo eso va concatenado y si se le agrega la inestabilidad política, el cambio constante de personas como el caso de la ministra Roxana Araujo, quien tiene
    experiencia en dengue.

    -En Honduras hay cuatro serotipos. ¿Son muy virulentos?

    Todos son potencialmente virulentos, ha habido grandes catástrofes y una alta mortalidad con el tipo 2, pero también ha habido del tipo 3, de tal manera que todos pueden ser perfectamente virulentos y el dengue mata desgraciadamente porque la persona se deshidrata, no es tanto por la hemorragia.

    Un paciente que tiene dengue se deshidrata por dentro, bota líquido por las fiebres. Yo lo comparo con un cólera sin diarrea aguda y ese shock por dengue produce la muerte por deshidratación cuando llegan muy tarde al hospital. También las plaquetas bajan y vienen las hecatombes sangrientas, pero eso es lo mínimo. La mayoría de las muertes de shock por dengue son por deshidratación. Entonces lo que necesita el paciente son muchos líquidos por le vena cuando es necesario y por la boca.

    -¿Qué debe hacer la población?

    Todo mundo debe informarse porque un ser humano informado tiene armas para defenderse de las enfermedades y el dengue no es la excepción. El paciente que tenga un padre, madre o niño con fiebre de aparición brusca que piense en dengue y que no piense en otra cosa. Si piensa así, lo va a llevar temprano a la atención médica y de esta forma el médico y la enfermera le darán la atención primaria, que es la hidratación.

    -¿Qué medidas de prevención deben adoptarse?

    La comunidad tienen que organizarse. Es importantísimo que los patronatos le dediquen al dengue toda la actividad porque los puede matar, limpiando solares, botando los recipientes, eliminado llantas o haciéndoles un hoyo para que no acumulen agua, tratando de que cuando lleguen a fumigar abran las puertas de sus casas, vacíen los floreros o todo lo que pueda recolectar agua porque así eliminan la cantidad, la densidad del mosquito baja y la mortalidad.

    -¿Es oportuna la emergencia?

    Por lo menos. Yo en este instante no he recorrido los hospitales, pero he oído que están llegando muchos pacientes y la capacidad operativa de los hospitales no es la más óptima, necesitamos salas especiales de dengue, personal de enfermería y médico.

    Pienso que en esos sitios donde se puso la alerta debemos cambiarla a una emergencia porque la enfermedad se está presentando en una forma inusual y rápida, sin capacidad operativa. Incluso, si esto continúa, puede repercutir en las elecciones generales.