17/04/2024
01:05 AM

Estados Unidos seduce a las compañías alemanas en ráfaga de acuerdos

La farmacéutica Merck KGaA divulgó el lu­nes la compra de la estadounidense Sigma Al­drich Corp. por US$17.000 millones.

Fráncfort, Alemania.

Las empresas alemanas salieron de compras y Estados Unidos es su principal destino.
La ola de adquisiciones en EE.UU. prota­gonizadas por empresas de la mayor econo­mía de Europa se intensificó durante la última semana y consolidan el puesto de Alemania como el segundo comprador de compañías estadounidenses este año después de Cana­dá, según la proveedora de datos Dealogic.

La tendencia proviene de una combinación de factores, como las bajas tasas de interés y el estancamiento de la economía europea, el cre­cimiento más dinámico y el abaratamiento de los precios de la energía en EE.UU., y la acumu­lación de efectivo que las empresas alemanas de primer nivel tienen a su disposición.

“Hay una especie de renacimiento en enfocarse en blancos de adquisición de EE.UU.”, apunta Christian Kames, director de fusiones y adquisiciones alemanas de Ci­tigroup Inc. en Fráncfort.

La farmacéutica Merck KGaA divulgó el lu­nes la compra de la estadounidense Sigma Al­drich Corp. por US$17.000 millones como par­te de su campaña para expandir su portafolio de ciencias biológicas.

Horas antes del anuncio de Merck, el con­glomerado industrial Siemens AG acordó adquirir el fabricante de equipos de energía Dresser-Rand Group Inc. por US$6.400 millo­nes. Incluyendo la deuda, el valor del acuerdo asciende a los US$7.600 millones.

La semana pasada, el fabricante de par­tes para automóviles ZF Friedrichshafen AG acordó comprar la estadounidense TRW Automotive Holdings Corp. por alrededor de US$11.700 millones, y el fabricante de soft­ware SAP SE dijo que pagará US$8.300 mi­llones por Concur Technologies Inc.

El conglomerado Bayer AG acordó en mayo comprar los negocios de medicamentos sin re­ceta y de productos de consumo de la farma­céutica estadounidense Merck Sharpe & Do­hme (MSD) por cerca de US$14.200 millones. MSD no tiene relación con Merck KGaA, aun­que tenían raíces en común hace un siglo.

Siemens, asimismo, acordó en mayo la com­pra de las operaciones energéticas civiles del fabricante de turbinas Rolls-Royce Holdings PLC por US$1.300 millones. Aunque Rolls-Ro­yce es británica, realiza muchas operaciones en EE.UU. y Siemens planea trasladar la sede de su división de energía a EE.UU.

“Las empresas alemanas quieren seguir a sus clientes”, señala Dietmar Rieg, presidente de la Cámara de Comercio Alemana Estadouni­dense en Nueva York.

La avalancha de acuerdos llevó el valor total de adquisiciones alemanas en EE.UU. en lo que va de este año a casi US$70.000 millones, según Dealogic. La cifra coloca a Alemania detrás de Canadá, que suma US$77.000 millones en acuerdos, y muy por delante de Francia, el tercer mayor compra­dor extranjero en EE.UU. con transacciones cercanas a los US$40.000 millones.

No es la primera vez que las compañías alemanas abren la billetera en EE.UU., aun­que a veces las inversiones no rindieron los frutos esperados. Cuando Daimler-Benz AG compró Chrysler Corp. por US$36.000 millo­nes en 1998, su presidente ejecutivo, Juergen Schrempp, prometió crear “la automotriz más rentable del mundo”. En 2007 Daimler AG ven­dió la mayor parte de su participación a la fir­ma de private equity Cerberus en una opera­ción que casi no le generó ingresos.

Ese mismo año, la aerolínea Deutsche Lu­fthansa AG anunció que compraría 19% de JetBlue Airways Corp. por US$300 millones. La participación disminuyó rápidamente de valor y Lufthansa redujo su valor contable y permitió que se diluyera a medida que Jet­Blue enfrentaba vientos en contra.

El fabricante de indumentaria deportiva Adidas AG ha advertido en tres ocasiones en los últimos 12 meses que sus ganancias es­tarán por debajo de lo proyectado, en parte debido a que Reebok, la filial estadounidense que compró por US$3.800 millones en 2005, ha perdido cuota de mercado frente a Nike Inc. Adidas intenta reposicionar a Reebok.

Sin embargo, otras inversiones alemanas han fructificado. El gigante de los medios Bertelsmann SE adquirió la editorial Ran­dom House en 1998 por un monto no reve­lado. El año pasado formó una empresa con­junta con Penguin para crear el mayor grupo editorial de libros del mundo.

La cadena de supermercados Trader Joe’s ha prosperado tras ser adquirida por la cade­na minorista alemana Aldi Nord en 1979. Aldi no cotiza en bolsa.

Las inversiones de empresas alemanas en EE.UU. ponen de manifiesto un conjunto de ten­dencias económicas. La mayor es macroeconó­mica: EE.UU. se está expandiendo y los econo­mistas prevén un mayor dinamismo.
Europa, en cambio, aún no se recupera del todo de la crisis financiera y la crisis de la deuda, afirman los analistas.

Yoel Zaoui, de la firma londinense Zaoui & Co., que asesoró a Dresser-Rand en su acuerdo con Siemens, afirmó que la ola de adquisicio­nes demuestra la popularidad que ha adquiri­do el mercado estadounidense. “Es un entorno marcado por mercados de capital abiertos y una economía en crecimiento”, apuntó.

Otra razón por la que los fabricantes ale­manes se están llevando la mano al bolsillo es el auge del gas de esquisto, que está reducien­do los precios de la energía de EE.UU. En Ale­mania, por contraste, los precios de la energía están entre los más alto de los países desarro­llados debido a la iniciativa del gobierno de desarrollar energías renovables.
Íconos de la industria alemana como Sie­mens y BASF SE, la mayor empresa de quí­micos del mundo, han divulgado planes para expandirse en EE.UU. y otros países fuera de Europa, en lugar de Alemania, debido en gran parte a los costos energéticos.