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Las gangas de Alibaba, un imán para los consumidores brasileños

  • 14 septiembre 2014 /

El alto costo de algunos artículos en Brasil alimenta el éxito de las ofertas de Alibaba.

Sao Paulo, Brasil.

Los inver­sionistas no son los únicos que en estos días son presa de un frenesí en torno al gigante chino de co­mercio electrónico Alibaba Group Holding Ltd., que espera recaudar hasta US$24.000 millones en su salida a bolsa esta semana.

Apremiados por los altos pre­cios en su país, los consumidores brasileños en busca de ofertas se están volcando en masa a la em­presa china. Más de 12 millones de visitantes navegaron por el sitio web AliExpress.com —una divi­sión de Alibaba.com—, casi el tri­ple del alcance que tiene en Bra­sil su rival estadounidense eBay Inc., y un aumento drástico desde los 1,5 millones de un año antes, según comScore Inc. La cantidad de visitantes brasileños aumentó 40% entre junio y julio.

Alibaba Group, que no quiso hacer comentarios debido a su inminente salida a bolsa, ha fa­cilitado la experiencia de hacer compras, al traducir algunos de sus sitios, incluido AliExpress, al portugués y otros idiomas para que los cazadores de gangas pue­dan interactuar con los fabrican­tes que venden los productos.

“Brasil es una de las cinco ma­yores audiencias de Internet aho­ra. No muestra señales de dete­nerse en términos del tamaño de la audiencia, crecimiento, partici­pación, uso de búsquedas, uso de videos, uso de medios sociales”, dice Alex Banks, director para América Latina de comScore. “Si Brasil no es parte de tu expansión internacional y eres una empre­sa de Internet, entonces estás ha­ciendo algo muy mal”.

El sitio atrae a compradores como Gabriel de Paula, un skater de 24 años de São Paulo que ansía tener la ropa de Vans Inc. Una su­dadera con capucha de esa empre­sa de California cuesta US$112 en un centro comercial local debido a los altos aranceles de importación de Brasil y otros costos. Se puso tan contento al descubrir que la prenda valía US$30 en AliExpress que compró dos. Tuvo que esperar tres meses hasta que las sudade­ras llegaran a Brasil y salieran de la aduana. De Paula tampoco está seguro de su autenticidad. “Pero por la calidad y el precio realmen­te valía la pena”, insiste.

Alibaba nació en la ciudad de Hangzhou con Alibaba.com, un negocio en línea que ayudaba a los fabricantes chinos a conectarse con compradores al por mayor en todo el mundo. Luego lanzó Tao­bao y Tmall, los mayores sitios en­tre consumidores y minoristas de China, y presentó AliExpress, que permitió a los fabricantes vender a precios mayoristas a comprado­res de otros países y aceptar pa­gos con tarjeta de crédito.

Aunque originalmente fue desarrollado para transacciones mayoristas, el sitio se ha popu­larizado entre los consumidores que compran pequeñas cantida­des para uso personal, en espe­cial en EE.UU., Rusia y Brasil. El negocio de comercio internacio­nal es relativamente pequeño y representó 9% de los US$8.460 millones en ingresos de Alibaba en el año fiscal cerrado en marzo, pero su fundador Jack Ma tiene ambiciones globales. Cuando mi­llones de brasileños salieron de la pobreza y pasaron a engrosar las filas de la clase media durante la última década, Brasil le ofrece a la empresa una gran oportunidad para ampliar el sueño de Ma.

La insaciable demanda del país de productos más baratos, junto con una cantidad crecien­te de usuarios de Internet, está ayudando a convertir al sector minorista internacional en el área de negocios de crecimiento más acelerado de Alibaba Group. La compañía afirmó en documentos presentados de cara a su salida a bolsa que las transacciones en Brasil ayudaron a expandir 139% su negocio minorista internacio­nal en su último año fiscal.

Brasil es el quinto mayor mer­cado de Internet en términos de usuarios únicos y el tercero en términos del tiempo que pasan en línea, según comScore. De unos 85 millones de usuarios, 59,8 millo­nes navegaron por sitios minoris­tas en julio, un alza de 13% frente a enero. Alibaba es el sexto sitio minorista más visitado del país detrás de empresas como Mer­cadoLivre y Netshoes.

Brasil, en todo caso, dista de ser un paraíso del consumo. El país ha firmado muy pocos acuerdos de libre comercio y ha erigido barreras proteccionistas alrededor de industrias locales en buena parte ineficientes. Los costos de mano de obra, energía y transporte son altos. El resultado es que la mayoría de los bienes, ya sean importados o producidos en el país, cuestan mucho más que en Estados Unidos. Por ejemplo, una Playstation 4 de Sony, que vale al­rededor de US$400 en EE.UU., se vende a US$1.800 en Brasil. Ade­más, el ingreso medio de los hoga­res fue de US$9.300 en 2012, me­nos de 20% del nivel de EE.UU.

El resultado, según analis­tas, es una población ansiosa por aprovechar ofertas. Los brasile­ños adinerados se ganaron la re­putación de realizar expediciones de compras a Miami y Nueva York. Pero para los que no pueden cos­tear un viaje, AliExpress se con­virtió en una solución. Un vocero del correo estatal brasileño, Co­rreios, informó que los envíos de países asiáticos aumentaron casi 100% en la última parte de 2013.

Apostar a Brasil también aca­rrea riesgos. La regulación permi­te que los paquetes que llegan al país estén sujetos a impuestos de hasta 60% si son valorados en más de US$50. Muchos comerciantes dividen los pedidos en varios pa­quetes para que no superen el lí­mite. De todos modos, comprado­res afirman que la norma se aplica de forma inconsistente: algunos no pagan nada y otros dicen que los multan en forma arbitraria. Correios indicó que el volumen de pedidos internacionales casi se ha cuadruplicado en los últimos cua­tro años. La empresa comenzó a cobrar 12 reales, US$5,16, por pa­quete a quienes lo reciben.

Alibaba advierte que tales re­gulaciones están sujetas a cam­bios y a conflictos de interpre­tación, y que un aumento de las restricciones en distintos países podría afectar su negocio.

Por su parte, hasta ahora los funcionarios brasileños parecen apoyar este nuevo canal para ha­cer negocios y han firmado acuer­dos con sus pares chinos para fa­cilitar que empresas pequeñas y mediadas e individuos en ambos países comercien entre sí.