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Nuevos medios en línea, en auge en Venezuela

  • 08 septiembre 2014 /

El público sediento de noticias encuentra alternativas ante las presiones del gobierno sobre la prensa tradicional.

Caracas, Venezuela.

El análisis político serio del blog Prodavinci.com, de Ángel Alayón, atraía algunas de­cenas de lectores cuando comen­zó hace cinco años. Este año, los visitantes únicos mensuales al si­tio del economista ascendieron a 239.000, el tipo de crecimiento que se ha vuelvo típico últimamente en este país hambriento de noticias.

Los venezolanos no sólo siguen la tendencia global de pasar de los medios tradicionales a los medios en línea. Se han visto obligados a buscar alternativas conforme los diarios y las emisoras hacen fren­te a los esfuerzos estatales de con­trolar la cobertura noticiosa, dicen grupos que defienden los derechos de los medios.

“Había un tipo de periodismo que no veíamos en Venezuela, algo más profundo y reflexivo”, afirma Alayón, de 42 años, al explicar el atractivo de Prodavinci.com.

Los medios de Internet y las redes sociales sumaron una ma­yor cantidad de usuarios per cápi­ta en Venezuela que en cualquier otro país latinoamericano en los 12 meses que terminaron en junio, según la firma comScore. El creci­miento se produjo a pesar de una débil infraestructura de telecomu­nicaciones y un sector privado que se contrae a medida que la econo­mía se tambalea.

Conforme la audiencia de Inter­net creció 62%, a casi 10 millones de visitantes únicos en el último año hasta junio, los sitios web de noticias también han proliferado, desde Armando.info y su reporteo en profundidad al agregador de no­ticias La Patilla y el sitio satírico Chigüire Bipolar, que ridiculiza a los políticos con noticias falsas.

Los sitios de noticias han ayu­dado a llenar el vacío que se pro­dujo cuando inversionistas con lazos con el gobierno izquierdis­ta del presidente Nicolás Maduro se quedaron con tres importantes medios independientes y redujeron la cobertura crítica, señalan perio­distas y defensores de la libertad de prensa.

Mediante el uso de leyes, cos­tosas multas, presión sobre los anunciantes y el control del papel prensa, el gobierno ha acorralado durante la última década a la pren­sa masiva, sostiene Carlos Lauría, a cargo del continente americano en el Comité para la Protección de los Periodistas, con sede en Nueva York. Al igual que otros defensores de la libertad de expresión, afirma que la intimidación se ha agrava­do desde que Maduro llegó al poder por escaso margen en abril de 2013, luego de la muerte de Hugo Chávez. Desde entonces, decenas de repor­teros han sido detenidos, golpea­dos y censurados, según Lauría.

El organismo de defensa de los medios Reporteros Sin Fronteras hace poco colocó a Venezuela entre los peores países en su índice de li­bertad de prensa. El grupo afirma que ha juntado unas 500 quejas de censura en Venezuela desde 2013.

Las medidas contra la prensa continuaron este año, conforme se intensificaron las protestas con­tra Maduro por la escasez de bienes básicos y la delincuencia rampante. El gobierno bloqueó la señal del ca­nal internacional NTN24, cuya co­bertura se centró en las manifes­taciones, y expulsó temporalmente a la cadena de noticias estadouni­dense CNN tras acusar a un equipo de periodistas de producir despa­chos engañosos.

Mariengracia Chirinos, coordi­nadora de libertad de expresión del Instituto Prensa y Sociedad, afirma que la mano dura del gobierno llevó a los venezolanos a buscar fuentes de información alternativas. “Ha­bía una intensa actividad en línea”, señala. “Eso se ha mantenido”.

Hasta ahora, el gobierno no ha sido tan enérgico con los medios en línea, aunque las normas que regu­lan el contenido han sido extendi­das a Internet. No hubo respuesta a las llamadas a agencias guberna­mentales en busca de comentarios, incluido el Ministerio de Comuni­cación e Información y Conatel, el regulador de telecomunicaciones.

Comentaristas y políticos tam­bién han sumado seguidores en Twitter, al sumar 1,1 millones de visitantes únicos en los 12 meses hasta junio. La política opositora María Corina Machado tiene 2,1 millones de seguidores. En Améri­ca Latina, Venezuela quedó detrás de solamente Brasil y Argentina en cantidad de usuarios de Twitter en junio, mientras que superó a Méxi­co y Colombia, según comScore.

Observadores de medios dicen que la adopción de Twitter por par­te de Chávez —sumó rápidamente tres millones de seguidores tras abrir su cuenta en 2010— ayudó a aumentar su popularidad.

Alberto Ravell, ex director de noticias de la televisora Globovi­sión, en su momento muy de opo­sición, ha conservado una postura desafiante ante el gobierno desde La Patilla, un sitio de noticias que fundó luego de alejarse del canal.

“La línea editorial de La Patilla es decir las cosas como son”, ase­vera. El sitio web se encuentra en­tre los 20 más populares del país, según el proveedor de datos Alexa.com. “No necesitamos papel. No necesitamos un permiso para sa­lir al aire. Hay muy poco que pue­den hacer para apretar”.

La mezcla que ofrece La Patilla de noticias agregadas, contenido original, videos y noticias sobre famosos atrae 1,3 millones de visi­tantes únicos por mes, y capta más tráfico que los sitios web de Globo­visión o los tres diarios nacionales, según datos de la industria.

Las preocupaciones sobre la li­bertad de prensa se renovaron re­cientemente luego de la venta de El Universal, uno de apenas dos perió­dicos nacionales que criticaban al gobierno, a un grupo de inversión poco conocido en el país. Los nue­vos propietarios prometieron man­tener la independencia del diario. No obstante, poco después de la venta, cerca de 30 de sus colum­nistas más elocuentes fueron des­pedidos o renunciaron en medio de quejas de que los dueños eran de­masiado cercanos al gobierno.

La cadena de diarios Cadena Ca­priles, cuyo periódico insignia, Últi­mas Noticias, era el mayor del país por circulación, y Globovisión ya ha­bían sido vendidas a compradores vinculados con el gobierno, según defensores de la libertad de prensa y periodistas. Desde entonces, ambos han registrado grandes cantidades de renuncias de periodistas, confor­me se atenuó la cobertura crítica.

Llamadas en busca de comen­tarios de los gerentes de esos tres medios no tuvieron respuesta.
Este año, Diana Carolina Ruiz estuvo entre los periodistas que se fueron de Globovisión. Tras trabajar 11 años en el canal, la pre­sentadora dice que fue suspendida luego de saludar a los televidentes con un comentario sobre la escasez de productos básicos. Ahora traba­ja en Vivoplay, una emisora web de TV que fue lanzada en junio y tiene unos 35.000 suscriptores. “Trabajo con total libertad aquí”, asegura.