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Las fábricas de Estados Unidos siguen perdiendo competitividad global

  • 26 agosto 2014 /

Gran parte del problema se debe al acero, camiones, auto­partes, maquinaria industrial y muebles.

Nueva York, Estados Unidos.

El auge de esquisto de Estados Unidos ha generado esperanzas de un renacimiento del sector manufacturero del país, en parte impulsado por una energía más barata. Sus fábricas, sin embargo, siguen perdiendo terreno frente a rivales en Asia y Europa.

Gran parte del problema se debe al acero, camiones, auto­partes, maquinaria industrial y muebles. El déficit comercial estadounidense subió en el primer semestre a US$371.590 millones, frente a US$354.640 millones un año antes.

Las importaciones au­mentaron 3,3%, mientras que las exportaciones crecieron 2,6%. Las exportaciones del sector manufacturero, excluyendo pe­tróleo y carbón, se incrementa­ron apenas 0,8%, muy por debajo del 2,1% del año pasado.

Sin un aumento fuerte y sos­tenido de las exportaciones, es poco probable que las fábricas estadounidenses tengan el tipo de resurgimiento que pronosti­caron algunos analistas. Igual­mente, lograr esa expansión es difícil debido a que China y otros países han implementado osa­das estrategias de exportación y EE.UU. ha perdido trabajadores con destrezas manufactureras y proveedores después de trasla­dar la producción afuera de sus fronteras. China no es el único país que está dando la pelea. La brecha comercial de EE.UU. con las tres mayores economías de la zona euro —Alemania, Francia e Italia— también se amplió.

Algunos economistas dicen que sólo es cuestión de tiempo antes de que EE.UU. empiece a registrar ganancias en el comer­cio internacional. Michael Mont­gomery, economista de la firma de investigación IHS Inc., señala que los menores costos energéti­cos, la reducción de la brecha sa­larial y otros factores tienen un efecto lento que aún no es visible en la balanza comercial.

Además, las importaciones de acero y maquinaria industrial son, en muchos casos, inversio­nes en la base manufacturera estadounidense, algo que forta­lecerá sus sectores energético y fabril en formas que deberían contribuir a impulsar las expor­taciones en el futuro.

Aunque el déficit de EE.UU. en bienes manufacturados se ha ampliado en los últimos 10 años, a US$469.000 millones el año pasado, las exportaciones han aumentado 90% mientras las importaciones han subido 70%, según datos de Global Trade In­formation Services.

En algunos aspectos, los fa­bricantes estadounidenses de­berían encabezar el pelotón en el auge de las exportaciones: los costos de la energía están bajan­do en el país gracias a que la frac­turación hidráulica y otras técni­cas han dado acceso a enormes depósitos de petróleo y gas natu­ral en formaciones de esquisto. Los precios están cayendo para las empresas que usan gas natu­ral para generar electricidad. Los usuarios industriales en Alema­nia pagan 2,4 veces más por elec­tricidad que sus contrapartes es­tadounidenses, según la Agencia Internacional de Energía.

Los sueldos en EE.UU. no han aumentado, mientras que en Chi­na se han disparado, lo que ha re­ducido la diferencia salarial de las dos mayores economías del mundo. Al sumar los costos de transporte de carga, inventario y otros, los gastos requeridos para producir algunos bienes en EE.UU. pueden ser compara­bles a los de China, indica Boston Consulting Group.

Hace cuatro años, la Casa Blanca se propuso duplicar las exportaciones del país en cinco años. Eso habría significado un incremento a US$3,16 billones (millones de millones) este año. No obstante, IHS proyecta un to­tal de US$2,34 billones este año y de US$2,51 billones en 2015.

El Departamento de Comer­cio de EE.UU. lo atribuye, en par­te, a “vientos en contra inespera­damente fuertes en la economía global y factores macroeconómi­cos fuera del control” del gobier­no. No obstante, señaló que “eso sólo significa que hay más traba­jo que hacer”. El departamento agregó que provee información a pequeñas y medianas empresas para ayudarlas a buscar oportu­nidades de exportación, entre otras iniciativas.

Los mejores sectores en el panorama comercial de EE.UU. están relacionados a la energía. Se prevé que las exportaciones petroquímicas comiencen a ace­lerarse en 2016 conforme nue­vas plantas entren en operación, de US$26.000 millones este año a cerca de US$37.000 millones en 2019, según IHS. La cifra, de todos modos, no tendrá un gran impacto en el déficit comercial de bienes, que alcanzó un total de US$702.000 millones el año pasado.

Las razones por las que los fabricantes estadounidenses han perdido terreno varían se­gún el tipo de producto. En elec­trónicos, la producción ha sido trasladada al exterior, por lo que EE.UU. no puede competir en segmentos como smartpho­nes y televisores.
Los fabricantes de camiones comerciales se fueron a México y no ven motivos para regresar.

“Definitivamente se debe a los (menores) costos labora­les”, dice Jack Allen, director operativo de Navistar Inter­national Corp. “Pero también hay una fuerza laboral capa­citada y con educación supe­rior, y hemos tenido una gran cooperación del sindicato aquí, así como del gobierno”.

Hace una década, casi todos los camiones para carga pesa­da de Navistar eran ensambla­dos en dos plantas en Canadá y EE.UU., pero la empresa las cerró y ahora fabrica gran par­te de estos modelos en Escobe­do, cerca de Monterrey. Una “gran porción de nuestra base de suministro ya se ha mudado a México o la región sudoeste de EE.UU.”, dice Allen.

En la industria camionera, gran parte de la creciente de­manda de camiones en EE.UU. es cubierta por México y otros países. Las importaciones de camiones comerciales subieron 36% en el primer semestre.

El acero es en gran parte res­ponsable del déficit comercial de EE.UU. La producción siderúrgi­ca y los suministros de materias primas fueron reducidos de tal manera durante la recesión que hoy en día no hay suficiente para satisfacer la creciente deman­da. La producción de acero de EE.UU. fue el año pasado de 95 millones de toneladas, mientras que la demanda fue de 107 millo­nes de toneladas, según el Insti­tuto Estadounidense del Hierro y el Acero.

EE.UU. es la “única economía madura” con una escasez de ace­ro, dice Mark Millett, presidente ejecutivo de la siderúrgica Steel Dynamics. Inc.

No obstante, el péndulo se encamina a cambiar nuevamen­te de dirección, conforme miles de millones de dólares en nuevas plantas entren en operación en los próximos años.

Sim-Tex LP, mayorista de acero de Texas, importa cerca de 95% de las casi 500.000 to­neladas de acero que suministra a sus clientes, dice su presiden­te, Chuck Scianna. No obstante, planea distribuir tubos de ace­ro hechos en una planta que está construyendo la austríaca Ben­teler Steel & Tube en el estado de Louisiana. Cuando sea inaugura­da el año que viene, reducirá el porcentaje de importaciones de Sim-Tex a 80%, dice Scianna.

“Si viajas por el mundo y ha­blas con gente, EE.UU. es el nue­vo mercado emergente” para productos de acero, afirma.