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El menor peso de Alemania en el BCE irrita a sus ahorradores

  • 25 noviembre 2013 /

Los hogares de Alemania ahorran más que los de EE.UU., pero las bajas tasas de interés han provocado un profundo malestar entre los germanos.

Washington, Estados Unidos

Los ahorradores alemanes que están molestos por las bajas tasas de interés están complicando los esfuerzos del Banco Central Europeo para prevenir una caída generalizada de los precios y un estancamiento económico en el continente.

No obstante, el malestar en la mayor economía europea sobre la más reciente reducción de la tasa de interés de referencia a un mínimo histórico de 0,25% no evitaría que el BCE implemente medidas radicales para prevenir una década de problemas económicos. La razón es que, aunque Alemania sigue teniendo peso, ha perdido el aparente poder de veto que tenía en decisiones importantes del banco central.

“Es duro para el pueblo alemán entender que el BCE no implementa políticas monetarias solamente para Alemania”, apunta Carsten Brzeski, economista de ING Bank.

Algunos economistas y políticos en todo el mundo cuestionan las políticas monetarias relajadas de los bancos centrales y advierten que están sembrando las semillas de la inflación y burbujas de activos.

La incertidumbre en torno al momento en que la Reserva Federal de Estados Unidos comenzará a disminuir sus compras de activos ha puesto presión sobre bancos centrales como el BCE para que recorten las tasas o prometan mantenerlas bajas por mucho tiempo para estabilizar los mercados financieros.

Sin embargo, en Alemania, donde muchos equiparan la inversión en acciones con la especulación y consideran el ahorro como un bien moral, los bajos tipos de interés han desatado protestas más apasionadas. En este país, el argumento clave contra las políticas de dinero fácil del BCE no es el riesgo de nuevas burbujas, sino lo que muchos llaman “la expropiación del ahorrador”.

Casi a diario durante la semana posterior al recorte del BCE, comentaristas y periodistas protestaron que las tasas de interés en cerca de cero representan una transferencia de riqueza desde la clase media hacia los adinerados y desde los trabajadores alemanes hacia las atribuladas economías del sur de Europa.

Estos detractores de las políticas del BCE sostienen que el patrimonio del ahorrador alemán está siendo erosionado por tipos de interés que están por debajo del nivel de la inflación.

El aumento de los precios de las acciones, que en parte se debe a las políticas relajadas del banco central, beneficia a los ricos de forma desproporcionada, afirman los críticos, y hace que los inversionistas retiren su capital de Alemania y lo vuelquen en bonos que ofrecen mayores retornos de países como España e Italia.

Aun así, las bajas tasas han impulsado los sectores de vivienda y construcción y un euro bajo control ha beneficiado a las exportaciones alemanas. Además, mientras más ayuden estas políticas del BCE al sur de Europa, menor será el riesgo de que los contribuyentes alemanes tengan que financiar otro rescate.