19/04/2024
12:32 AM

Los mercados de capital se vuelven adversos a las empresas brasileñas

El operador de telecomunicaciones Oi SA canceló el miércoles una emisión de bonos a siete años por un valor de 800 millones de reales.

Las empresas brasileñas están suspendiendo sus emisiones en los mercados de capital a medida que los vientos en contra que azotan a la economía y los problemas del magnate local Eike Batista ahuyentan a los inversionistas.

El operador de telecomunicaciones Oi SA canceló el miércoles una emisión de bonos a siete años por un valor de 800 millones de reales, unos US$355 millones, ante el drástico deterioro de los mercados de capital en las últimas semanas. Oi pretendía usar los fondos recaudados en la operación para postergar los vencimientos de su deuda, reducir los costos de financiamiento y costear parte de su plan de inversiones.

A finales de junio, BNDESPar, el brazo de inversión del gigantesco Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social, suspendió sus planes de emitir 3.300 millones de reales en deuda, una decisión que atribuyó al deterioro en las condiciones de los mercados.

Las empresas brasileñas, que afrontan condiciones más volátiles de financiamiento y menos inversionistas dispuestos a financiarlas, se han visto obligadas a asumir deuda de corto plazo más cara, con lo que incurren en un mayor riesgo de caer en cesación de pagos.

“Si tomamos en cuenta los altos riesgos de los bonos de empresas en este momento, preferimos comprar bonos soberanos”, dijo Paulo Petrassi, gestor de fondos de Leme Investimentos, que administra una cartera de cerca de 350 millones de reales en renta fija y renta variable.

La situación se ha agravado en las últimas semanas conforme las mejores perspectivas de la economía estadounidense y las dudas acerca del débil crecimiento de Brasil, la mayor economía de América Latina, han llevado a los inversionistas a vender reales y comprar dólares.

Tales preocupaciones, junto a la incertidumbre sobre la política económica de Brasil y las recientes manifestaciones motivadas por varias inquietudes sociales, han convertido al país en una de las principales víctimas de la reacción global de los mercados tras los comentarios de la Reserva Federal de EE.UU. sobre el posible fin de sus programas de estímulo.

Otro factor que ha influido en los mercados es la implosión en cámara lenta del conglomerado industrial EBX, de Batista, cuyas empresas han sufrido fuertes caídas bursátiles tras el anuncio de malas noticias, como reducciones en sus proyecciones de producción o retrasos en proyectos clave y planes de expansión.

“Las perspectivas de los bonos de empresas ya eran negativas y la crisis de EBX ha afectado el ánimo aún más”, señaló Petrassi, de Leme. “Nadie sabe a ciencia cierta a cuánto asciende la exposición de los bancos a las compañías de EBX, de modo que hemos optado por no invertir tampoco en los bonos de los bancos”.

Los problemas no sólo afectan los mercados de deuda. Empresas como la cementera Votorantim Cimentos SA y la aerolínea Azul SA también han postergado sus planes de salir a bolsa. “Ahora es más probable que las compañías opten por operaciones más tradicionales de financiamiento”, dijo Ures Folchini, tesorero dl banco WestLB en São Paulo. “No retomarán otras opciones de financiamiento como colocaciones de deuda o de acciones hasta que mejoren las condiciones en los mercados de capital”, observó