Celulares fabricados en China, pasta dental elaborada en Costa Rica, carne nicaragüense consumida en Venezuela son ejemplos de la realidad que impera en el mercado global.
Es un nivel de competencia exigente, pero que también brinda oportunidades, y cuando el asunto se refiere a las pequeñas y medianas empresas, el panorama se complica por las características del sector.
El exfuncionario nicaragüense Antonio Lacayo Oyanguren opina que la asociatividad y la capacitación continua tienen un papel determinante para que las pymes logren constituirse en empresas que puedan competir en las exigencias del mundo empresarial local y en algún momento también a escala mundial.
Lacayo agregó: “La globalización plantea nuevos retos para las empresas del país. Se deben hacer esfuerzos en pro de mejorar las competencias para diferenciarse, dar un valor distinto a lo elaborado”.
El 10% de las mipymes del vecino país están legalmente constituidas, según un estudio publicado en mayo de 2012 por el Banco Central de Nicaragua.
“Ganadería, caficultura y últimamente el sector turismo están siendo impulsados por pequeños empresarios. Por ello se deben idear e impulsar estrategias gubernamentales para ayudarles, pero también es necesario promover estrategias desde el sector privado”, sostuvo el exfuncionario.
Uno de estos esfuerzos es la responsabilidad social empresarial, que debe ser considerada no solo una forma de hacer filantropía, sino una nueva forma de hacer negocios de manera sustentable en lo económico y lo social. Con información de laprensa.com.ni
