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Impulsan las prácticas de competitividad en las pymes

  • 27 marzo 2013 /

Los programas apoyados por cooperantes buscan crear una cultura innovadora en el país.

La experiencia ha enseñado que las empresas que innovan constantemente, sin importar su tamaño, son las que más prosperan.

De lo anterior surge la necesidad de crear una cultura de innovación desde la misma base de la cadena productiva: la micro y pequeña empresa.

El beneficio más destacado de este esfuerzo es el aumento de la competitividad que se traduce en mejores prácticas de negocio, mejor administración de la empresa y mejores productos, todo lo cual redunda en crecimiento para la pyme.

Aunque en Honduras es poco lo que se está haciendo en la parte gubernamental por fomentar esa cultura, a nivel de las ONG se han aplicado varias iniciativas para alcanzar el objetivo de hacer de la innovación una política pública.

Uno de estos esfuerzos lo realiza la oficina de cooperación alemana en Honduras (GIZ, por sus siglas en alemán), que ha fomentado programas en iniciativas en este sentido.

Tessa Sandoval, coordinadora de programas de GIZ en Honduras, explica que entre 2008 y 2009 se desarrolló un estudio para medir la capacidad de innovación en las empresas del país, en especial de la pequeña empresa y por extensión, su competitividad. Como resultado, el estudio recomendó la creación de un espacio para que el sector privado, el gobierno y las universidades discutan las propuestas tendientes a fomentar una política de competitividad y la innovación.

Esas son las mesas técnicas de innovación.

“Al final, esa iniciativa apoya a la mipyme porque de lo que se trata es de sentar las bases para ese sistema de innovación. El enfoque nuestro es mejorar la competitividad de las mipymes, pero puede ayudar a la empresa privada en general”, comenta Sandoval.

El involucramiento de las universidades busca promover cambios en los programas de enseñanza que enfaticen la importancia de ser innovador, en virtud de que muchos estudiantes son empresarios en potencia, por lo que necesitan iniciar sus emprendimientos con una buena base y mentalidad innovadora, que de igual forma puede serles útil aun si trabajan para otros.

“Hay diferentes iniciativas para vincular la academia con el sector privado para que los jóvenes vayan orientándose en las necesidades de las empresas y no solo en base a carreras ya establecidas”, dice Sandoval. La coordinadora concluye que aunque todavía resta mucho por hacer, el primer paso ya ha sido dado para “sentar las bases para que el Gobierno genere políticas de apoyo a la innovación”.