Detrás del quiosco en el estacionamiento de un centro comercial se halla la historia de una mujer luchadora que supo reponerse de los golpes que le dio la vida.
Los planes de Olimpia Lara no incluían convertirse en empresaria, pero la trágica muerte de su esposo hace más de 20 años la dejó viuda, con dos hijos pequeños que atender y un negocio que no tenía la menor idea de cómo administrar.
“Cuando mi esposo murió tuve que hacerme cargo de su negocio de venta de repuestos para camiones. Yo no sabía nada de repuestos. Fue muy difícil”, relata.
Sin quedarse de brazos cruzados comenzó a hablar con los clientes de su esposo para ir conociendo los nombres de las piezas que vendía y sus precios. De esa forma, durante los siguientes 14 años mantuvo el local a flote. Sin embargo anhelaba otro tipo de negocio.
La oportunidad se presentó cuando una amiga le pidió que la acompañase en un viaje a México. Ese viaje le dio la idea de abrir una tienda de artesanías, a la que posteriormente añadió una línea de carteras de cuero y accesorios.
Cuando estos artículos comenzaron a venderse más que las artesanías, cambió una vez más su giro de negocios y así nació Mi Piel, donde se pueden encontrar las más finas carteras.
Sus esfuerzos han dado fruto y ya planea la ampliación de su establecimiento y la apertura de nuevos locales en otros centros comerciales.
