24/04/2024
08:27 AM

Pequeñas maquilas se quedan sin materia prima

Los microempresarios tienen que viajar a Guatemala y El Salvador para conseguir insumos.

    Al 20% de su capacidad están operando las micro y pequeñas empresas de la industria textil debido a la falta de materia prima.

    Los microempresarios que se dedican a este rubro en el Valle de Sula están alarmados por la situación que atraviesan, que según los afectados se ha agudizado con el paso de los años.

    José Luis Caballero, propietario de Confecciones Diversas de Santa Bárbara, aseveró que habitualmente los principales proveedores de materia prima han sido las maquilas, pero con el cierre de varias de estas se les ha dificultado adquirir los insumos.

    Caballero, quien es miembro de la Anmpih (Asociación Nacional de la Mediana y Pequeña Industria de Honduras), señaló que todos los microempresarios que se dedican a este rubro están en la misma situación. “Desde que las maquilas se empezaron a ir ha venido un desabastecimiento tremendo de la materia prima”, lamentó.

    Entre los productos que más les cuesta conseguir están las telas, botones, zíperes, hilos y elástico.

    Caballero tenía un taller con 35 empleados, pero tuvo que cerrarlo y hoy solo emplea a 10 personas, quienes trabajan en un anexo de su casa. Ahora trabaja por subcontrato.

    Añadió que solo en La Lima, donde él reside, hay unas 120 unidades productivas de la confección. La mayoría opera en condiciones de subsistencia.

    “El tema de la microempresa no le interesa a nadie, no nos apoyan y generamos la mayor parte de empleo”, lamentó.

    Caballero ha optado por comprar camisetas traídas de China y darles su toque personal.

    Más gastos

    Para no abandonar sus negocios, los microempresarios se las arreglan para conseguir la materia prima. Algunos viajan a Guatemala y a El Salvador.

    “Estamos comprando lo poquito que está quedando en Honduras o lo compramos hecho de gente que importa”, explicó Caballero.

    Su versión es reforzada por Delman Chinchilla, propietario de Industrias Delman, en San Pedro Sula, quien viaja una vez al mes a Guatemala o a El Salvador para comprar la materia prima que necesita, pero lamenta que los costos se le han elevado.

    “El problema es grave. Si un cliente pide determinada cantidad de productos hay que dar vueltas por todas partes. Esta industria tiende a desaparecer”, dijo. Delman tenía 60 empleados y ahora no tiene ni la mitad.

    “No hay apoyo y nos sentimos ahogados. Ya días venimos luchando, pero no se ha resuelto nada”, añadió.

    Sobra mano de obra

    Los microempresarios aseguran que el 90% de los insumos que necesitan no son producidos en Honduras.

    De contar con el producto podrían generar más empleo. “Hay mano de obra capacitada pero no hay materia prima”, señaló Chinchilla.

    Carlos Fabricio García, otro de los afectados, explicó que tiene 10 máquinas sin operar. Este microempresario tiene su negocio ubicado en La Lima.

    “Estamos atravesando el problema más grande, la compra de materia prima y la falta de fondos”, lamentó García.

    Él abrió su negocio en 2003 y desde hace dos años no tiene un trabajo fluido. “Antes teníamos 12 empleados y ahora nos hemos quedado solo mi esposa y yo sacando los trabajos que nos piden”, mencionó.

    Según cifras de la Anmpih, en San Pedro Sula el 70% de los afiliados son del área industrial, ya sea textil, de calzado, metal-mecánica y algunos tipos de artesanías.

    Emigración afecta a las mipymes

    En los últimos años algunas maquilas han cerrado sus puertas en el país, dejando sin la materia prima necesaria a los microempresarios textiles.

    Paola Villanueva, gerente de Comunicación de la canadiense Gildan, explicó que en esa empresa “no proveemos con excedentes de tela porque estamos en zona libre y no se permite, tenemos solo para nuestro proceso de producción. No tenemos esa práctica ni la hemos tenido”.

    Añadió que la única forma que trabajan con pequeñas y medianas empresas es a través de reciclaje. “Lo hacemos con chatarra y plástico”, manifestó.

    En los últimos años, buena parte de la industria maquiladora abandonó el país argumentando la falta de reglas claras.