19/04/2024
06:46 PM

Molduras de cemento, una apuesta original

  • 11 octubre 2012 /

Israel Alvarenga ha procurado “romper el molde” de la imitación con diseños de su propia invención.

Ser original es un arte, sea que se trate de pintar un cuadro, escribir un libro, como en el caso de Israel Alvarenga, diseñar columnas y molduras de cemento.

Este artista de la mezcla, del martillo y el cincel, busca abrirse camino por senderos rara vez transitados en Honduras: busca que sus productos no imiten sino que innoven.

El camino que llevó a este joven de poco más de treinta años a ponerse como meta “que no solo los ricos tuviesen cosas buenas”, comenzó cuando siendo niño observaba trabajar a su padre cuando elaboraba balaustres, especie de barandales hechos en metal, principalmente hierro.

Como la innovación ha formado parte de su manera de ser, con el tiempo fueron abandonando aquel negocio para incursionar en la fabricación de molduras para ventanas y columnas para fachadas de casas.

Sus primeros trabajos requerían el uso de pesados moldes de cemento, pero cuando un amigo les habló de las bondades de la fibra de vidrio Alvarenga se volvió un experto en la fabricación de moldes de ese material.

En su repertorio de productos están las molduras, maceteras, fuentes y esculturas de animales, pero fue en el diseño de columnas donde este artista del cemento considera que ha tenido sus mayores logros.
Arte imitado

“Hacíamos nuestros propios diseños en moldes de fibra y como no nos quedaba tiempo de ir a donde estaban los clientes, les alquilábamos los moldes y se convirtió en un negocio”, explica Alvarenga, quien agrega que luego de un tiempo “tuvimos que empezar a vender los moldes porque mucha gente copió nuestros estilos y llegamos a la conclusión de que si no les vendíamos los moldes ese dinero se escapaba. Entonces vendimos los moldes con diseños originales nuestros y así hemos ido innovando”.

“Arte en Cemento”, el nombre de la empresa que dirige desde que tenía 17 años, tiene un amplio campo para ejercitar su originalidad de diseño. Alvarenga calcula que el 80% de las construcciones hoy en día utilizan molduras en sus diseños, lo que no deja de suponer un problema porque como explica Alvarenga “mucha gente solo quiere adquirir las cosas sin ningún esfuerzo”.

Para proteger su trabajo, este pequeño empresario ha iniciado un proceso para patentar legalmente sus diseños, de tal modo que quienes quieran utilizarlos, paguen por el derecho a hacerlo, un esfuerzo que rara vez se hace en Honduras y menos en el sector de la pequeña empresa.

Por otra parte, patentar un invento no es tan sencillo ni barato, pero Alvarenga está dispuesto a hacer el sacrificio necesario. “Vamos a tener que hacer ese gasto (en patentar) que es considerable, pero lo tenemos que hacer para evitar que nos perjudiquen copiando los estilos. Hay mucha gente que se dedica a la piratería y le copia los estilos a uno”.

Alvarenga ya piensa en la posibilidad de ser el dueño de los diseños que ofrece.

“Queremos internacionalizarnos y vender los permisos de patente, enviar producto a los Estados Unidos. El producto hondureño es buenísimo y es mucho más barato, por lo que a los clientes de afuera les es más barato comprar el molde aquí que comprar las piezas hechas allá”, dice.