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Un antiguo zapatero crea ahora obras en barro y cuero

  • 27 junio 2013 /

Miguel Ángel compra artesanías en Ojojona, las que decora con su estilo y vende en San Pedro Sula.

Una visita casual a un municipio de la zona central se convirtió en el punto de partida del floreciente negocio de Miguel ángel Alvarado.

Este pequeño empresario, zapatero de oficio, vio la oportunidad de lanzar un negocio cuando visitó los talleres de artesanías de la localidad de Ojojona, en el departamento de Francisco Morazán, hace unos cuatro años.

“Miramos cómo las familias de artesanos trabajan y la necesidad que ellos tienen de sacar ese producto de ese sector y eso nos motivó”, relata.

De esa forma, Alvarado comenzó a importar las artesanías de barro desde Ojojona hasta su casa, en San Pedro Sula, donde tras darles un artístico toque de pintura, comenzó a vender en el porche de su casa.

“Tuvimos que aprender a pintar”, recuerda Alvarado, quien aprendió la técnica de los maestros artesanos de Ojojona.

El negocio prosperó hasta el grado que hace un mes abrió un local para la exhibición y venta de sus productos, en el centro comercial Los Chalets, contiguo al Seguro Social, en el que trabaja con su familia.

Sin embargo, Alvarado no olvidó sus raíces como zapatero, y aprovechando sus conocimientos para trabajar el cuero, le añadió un toque personal al negocio con la elaboración de bolsas, carteras y billeteras de cuero, las cuales sirven como complemento a la venta de artesanías.

El éxito alcanzado hasta ahora le hace tener suficiente confianza como para hacer planes de abrir un local más grande en el que pueda ofrecer su arte en barro y cuero.