La calidad y las cualidades únicas que distinguen a los cafés especiales producidos en el país se han convertido en estándar para el mercado mundial, aseguró, en entrevista para LA PRENSA, Carlos Pineda, precursor de la escuela de catadores de café del país y organizador de la Taza de Excelencia, que realiza cada año el Instituto Hondureño del Café (Ihcafé).
Pineda habló de su aporte al sector cafetalero, el cual ha hecho posible que el 10% de la cosecha nacional consista hoy de granos de excelencia.
El amor al café. En 1998, el Ihcafé me envió a estudiar cata a Francia. Antes, en Honduras solo había dos catadores, pero el mercado no era tan exigente; solo clasificaban el grano en dos categorías: dañado y limpio. A partir del año 2000, el mercado del mundo cambió y comenzó a exigir calidad.
Quería crear estándares de calidad; sabía que teníamos potencial para cosechar un café único, pero era necesario determinar qué era de alta calidad y qué no. Abrimos en el Ihcafé la primera escuela de cata de la región. Con la ayuda del Instituto Nacional de Formación Profesional (Infop) e ingenieros agrónomos armamos el plan de estudio para implementar el curso. En el primer curso tuvimos a unos 25 muchachos. La escuela fue un éxito.
Más de 100 a nivel nacional; son catadores con grandes conocimientos e incluso superan a muchos extranjeros porque aquí el aprendizaje inicia desde el proceso más básico, que es el cultivo en las fincas y el beneficiado del café.
Sí. Muchos de quienes han pasado por el programa son ahora gerentes de exportadoras, asesores de cooperativas de productores que están implementado esos manejos de calidad para producir granos exquisitos. A nivel nacional se adquirió el compromiso de mejorar la calidad y eso nos da gran satisfacción. Queríamos tener diversidad de cafés especiales para competir en el mundo y lo hemos logrado. Desde hace 10 años, Honduras está entre los principales proveedores de cafés especiales y ha conquistado mercados como Corea del Sur, Japón, Australia, Canadá, Estados Unidos y Noruega, entre otros. Actualmente, el 10% del grano producido en el país es de alta calidad.
Primero se debe analizar la zona donde están las fincas. Generalmente, arriba de 1,300 metros hasta 1,800 se encuentra este tipo de grano. Eso se relaciona con el clima y el proceso de beneficiado que se da después de cortado. Hay familias cafetaleras que dan trato especial a cada proceso y por eso han cosechado cafés fantásticos, con sabores inimaginables.
Sí. En 2004 hubo una muestra realmente perfecta; incluso 8 de los 26 catadores internacionales que participaron en la Taza de Excelencia de ese año le dieron la calificación máxima, algo que es realmente difícil. Claro que hoy somos más estrictos porque el mercado mundial lo exige. Los compradores quieren conocer a la familia que produce el café, las fincas y el proceso. Pero en el concurso de este año ya hay calificaciones de 97 y 98%.
Debe tener fragancias exquisitas, únicas. Además se califican la acidez y el sabor, entre otros.