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Tecnificación permitiría mejorar rendimiento de cosechas y ampliar ciclo productivo

  • 01 septiembre 2014 /

Un mayor grado de tecnificación permitiría aprovechar las tierras en un ciclo de siembra-cosecha durante casi todo el año.

San Pedro Sula, Honduras.

Los efectos del cambio climático obligan a los productores agrícolas a modificar sus técnicas tradicionales de cultivo a fin de mantener la viabilidad y rentabilidad de sus productos.

La Dirección de Ciencia y Tecnología Agropecuaria (Dicta) estima que en una hectárea de frijol condicionada con agua lluvia produce ocho quintales por manzana en tres meses, mientras que con sistemas de riego alcanza una capacidad entre 25 a 45 quintales en el mismo período.

En términos monetarios, se traduce en L37 mil aproximados que se dejan de percibir por cada hectárea y el efecto se repite en el resto de granos básicos.

Una finca de maíz tecnificada registra el triple de su inversión estimada de L8 mil en un período de cuatro meses hasta que se produce la cosecha. Los cultivos de arroz, con la ventaja de estar sujetos a contratos con las agroindustrias, alcanzan un margen de utilidad de L40 mil a una inversión de L15 mil.

No obstante, los arroceros nacionales aún no consiguen satisfacer la demanda de ese grano, que anualmente significa entre 3 a 6 millones de quintales y solo el 48% es producido en el país.

Según Fredy Torres, vicepresidente de la Asociación Nacional de Arroceros, en vista de la situación, el Estado debe definir políticas claras, es decir, que puedan cumplir.

El productor explica que la cosecha de postrera se realizará en los próximos veinte días con un retraso de dos meses a lo acostumbrado, porque querían evitar la exposición del producto a la canícula.

Rendimiento regional

Gerardo Petit Ávila, integrante de la Fundación Hondureña de Investigación Agrícola (Fhia), explica que a nivel de la región centroamericana el país se ubica en un tercer lugar en lo que refiere a la tecnología agrícola empleada y muy cerca del segundo que es Costa Rica.

Sin embargo, la diferencia con Guatemala, que encabeza el listado, se debe al mayor incentivo y aprovechamiento de las tierras.

Petit Ávila explica también que aunque se haya aprobado una tasa de interés preferencial con la banca privada para préstamos agrícolas, es necesario definir un mercado, sino “¿de qué sirve sembrar y producir bastante si a la hora no va a colocar ese producto en el mercado?”.

Entre esos cultivos que no tienen consumidores definidos sobresalen las hortalizas orientales.

De esas, la mayor parte se destinan a la exportación y las que no cumplen los requisitos para enviarse a los migrantes asiáticos en Estados Unidos, se destinan para el consumo interno.

“Si existiera un programa para consumir esos productos no se desperdiciarían tanto”, dice el representante de la Fhia.

En esa misma línea Fredi Arias, profesor de la Escuela Agrícola Panamericana (Zamorano), dice que los invernaderos y sistemas de riego por goteo y gravedad han logrado producir cultivos durante todo el año, pero la mayor parte de las fincas condicionadas con tales tecnologías se condensan en el Valle de Comayagua.

Torres indica que para las manzanas no tecnificadas la solución mientras se llega el ciclo de siembra es la reutilización de las tierras para fabricar silos para el sorgo y el maíz, que funcionan en los sistemas ganaderos. “Pero lo ideal sería sembrar productos alimenticios”, concluye.