San Pedro Sula. Alrededor de 15 mil personas, que conforman 3 mil hogares, serán beneficiados con el proyecto de energía renovable que ejecutará la Fundación Covelo con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El objetivo del programa “Sol y luz” es llevar energía fotovoltaica a las diferentes zonas rurales del país adonde no hay electrificación, a través de pequeños créditos.
La inversión estimada para el desarrollo de este proyecto asciende a unos L120 millones.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), en la zona rural hay cerca de 947,258 viviendas, de las que 637,029 cuentan con sistema de electrificación y 229,401 se iluminan con candela, ocote, lámpara de gas o candil, entre otros.
Unos 3,198 hogares tienen servicio privado colectivo; 8,432 planta propia, y 69,198 obtienen energía solar.
Julio César Urquía, coordinador del programa de energía solar fotovoltaica de la Fundación Covelo, explica que un 30.8% de los hogares del sector rural no tienen sistema eléctrico.
“Llevamos cuatro años de buscar este convenio con el BID. Esta iniciativa sin duda cambiará la vida de las personas que carecen de este servicio tan básico. Los costos para implementar los sistemas son bajos y se pagará en cuotas mensuales”, precisa.
Programa regional
Aunque el programa está concentrado en Honduras, también abarcará zonas de Guatemala, Nicaragua y El Salvador.
Los departamentos que más carecen de electrificación y que serán beneficiados con la ejecución del proyecto son Copán, Santa Bárbara, Choluteca, El Paraíso, Olancho, La Paz, Intibucá, Gracias a Dios y Lempira.
“Comenzaremos con los sectores más necesitados, pero esperamos conseguir en el 2015 otro financiamiento para seguir instalando energía fotovoltaica a quien lo necesita. En este momento se están haciendo los traslados de los fondos a las cooperativas o bancos, a través de los que se realizarán los financiamientos”, afirma Urquía.
¿Cómo funciona?
Mario Zelaya, especialista en energía, explica que los sistemas solares están dimensionados para el uso de equipos electrodomésticos como televisores, radios y cargas de celulares.
Añade que el sistema fotovoltaico funciona a base de irradiación.
“El principio básico es la transformación por un proceso químico de la irradiación a energía eléctrica. Esta se almacena en una batería y luego se distribuye por medio de un equipo llamado regulador e inversor a todos los aparatos conectados en los tomacorrientes”, detalla Zelaya. No obstante, aclara que aunque llueva o esté nublado, el sistema siempre cargará.
“Permanentemente hay carga de energía pues la irradiación está relacionada a la existencia del sol”, asegura el experto.
El tamaño y la capacidad de los sistemas varían. Las láminas pueden absorber de 5 hasta 100 watts y todo dependerá de la necesidad del comprador.
Costos
Hay sistemas con mayor capacidad pero se utilizan más en negocios. “El más utilizado en nuestro entorno, el de 65 watts, cuesta alrededor de L17 mil y es para uso doméstico”, sostuvo.
Zelaya dice que Honduras tiene un potencial por irradiación de 2 mil watts por metro cuadrado.
Para Guillermo Altamirano, economista, este tipo de iniciativas representan una alternativa ante las deficiencias que tiene el país.
“Con los avances tecnológicos que han permitido reducir los precios, estos productos se vuelven una solución para que la gente pueda tener energía y llegue el desarrollo a las comunidades”, concluye Altamirano.