El Gobierno japonés seguirá comprando todo el petróleo crudo que necesite de Irán, confirmó ayer el embajador nipón en Teherán, Kinichi Kumano.
Los nipones han recibido múltiples presiones desde Washington para que recorten la compra de suministro desde Irán en respuesta a su negativa por detener el plan de enriquecimiento nuclear.
El ministro de Relaciones Exteriores japonés, Koichiro Gemba, dijo la semana pasada que Tokio y Washington estaban cerca de un acuerdo para que Japón reduzca sus importaciones de petróleo iraní.
Pero el embajador japonés en Teherán, Kinichi Kumano, dijo que su país espera seguir sus relaciones económicas, políticas y culturales con Irán, pese al problema nuclear.
“La república islámica de Irán sigue siendo uno de los abastecedores clave de petróleo crudo de Japón”, sostuvo Kumano, según citas publicadas por la agencia estatal iraní de noticias IRNA y difundidas ayer por diversos medios locales.
“El Gobierno japonés está comprometido en desarrollar relaciones en otras áreas, en esferas culturales, y no ve obstáculos tampoco para la colaboración científica”, afirmó el diplomático.
Enorme potencial
Irán, el segundo mayor exportador de petróleo de la Opep (Organización de Países Productores de Petróleo), representó el 8.8% de las importaciones totales de crudo de Japón en 2011, pero el volumen diario de petróleo iraní importado cayó cerca de un 16% desde el primer al segundo semestre del año pasado.
La presión para reducir las compras de petróleo iraní se produce en momentos en que los servicios públicos nipones aumentan las importaciones de combustibles fósiles tras el desastre nuclear de Fukushima en marzo del 2011.
Washington ha ejercido una creciente presión sobre sus aliados para que no compren crudo iraní, diciendo que las compañías que lo sigan haciendo serán vetadas de hacer negocios con Estados Unidos.
Funcionarios indios y chinos han dicho que no reducirán sus importaciones.
En enero, la Unión Europea anunció un boicot contra la industria petrolera iraní y le dio a sus miembros hasta julio para encontrar abastecedores alternativos.
Washington y sus aliados creen que Irán intenta establecer un programa de armas nucleares.