Tegucigalpa, Honduras.
Tras 25 años de presencia en el mercado hondureño, la transnacional de aviación estadounidense United Airlines mantiene su apuesta por este mercado.
Con 21 vuelos semanales, los que suben a 25 en las llamadas temporadas altas, la empresa aérea apuesta a mantenerse en el mercado hondureño por 100 años más.
United Airlines inició operaciones en Honduras en 1989, con vuelos desde el aeropuerto de San Pedro Sula al aeropuerto George Bush, en Houston.
Desde entonces a la fecha, las operaciones de la empresa se han realizado de manera continua y se han extendido a tres de los cuatro aeropuertos internacionales que operan en el país.
La frecuencia de vuelo solo es superada en la región por la que operan en Costa Rica, su principal plaza en la región centroamericana.
Según proyecciones de la aerolínea, son la compañía que oferta el mayor número de frecuencias de vuelo frente a sus competidores: cinco frecuencias a la semana en temporada baja y siete vuelos semanales en temporada alta.
En temporada regular operan 21 vuelos desde Honduras hacia Houston, uno de sus principales centros de operación en Estados Unidos.
En este paquete de vuelos se incluye el vuelo directo que se realiza los sábados desde San Pedro Sula hasta New York. La aerolínea registra un promedio de 2,000 viajeros semanales.
Centroamérica, un excelente mercado
Para United Airlines la región es una buena plaza. Un mercado en el cual la aeronavegación se ha visto fortalecida con la presencia de las principales aerolíneas del mundo.
“De hecho nosotros en estos 25 años hemos venido creciendo permanentemente. Ha sido una de las regiones que más crecimiento ha registrado”, dijo a D&N el director ejecutivo para Centroamérica de United Airlines, Salvador Marrero.
El ejecutivo llegó al país para celebrar los 25 años de presencia en el mercado nacional.
En este contexto señaló que Honduras forma parte de ese excelente mercado y que la apuesta de la transnacional estadounidense es mantenerse aquí “por 100 años más y seguir creciendo en la misma medida en que vaya creciendo el país.
“En la medida en que crecen los mercados nosotros vamos ajustando nuestra capacidad y oferta”.
United Airlines opera actualmente 199 vuelos semanales desde la región centroamericana a sus puertos Houston, New York, Chicago, Washington y Denver, en Estados Unidos.
A nivel internacional vuelan a más de 370 destinos.
Ese número de destinos se incrementa cuando se suman las conexiones a que tienen acceso a través de la alianza Star Airlines, considerada la más grande del mundo y de la más alta calidad.
“O sea que nosotros cubrimos, sin temor a equivocarme, todo el mundo. Tenemos los centros de distribución mejor ubicados de toda la industria”, apuntó el ejecutivo.
Marrero no dio cifras sobre las inversiones de su compañía en la región porque la inversión la miden en cantidad de vuelos.
“Cada aparato de esos que llega aquí es una inversión, cada uno cuesta $250 millones y nosotros lo ponemos allí dos y tres veces al día, pero no se puede cuantificar la inversión por país porque no compramos un avión por país o para una región”.
Seguridad
En relación al impacto para la industria de los últimos accidentes, incluyendo problemas personales de pilotos como el vuelo del Airbus A320 de la compañía alemana Germanwings, que se estrelló en los alpes franceses, dijo: “La industria aérea ha sido la más dinámica y la que más perfecciona sus operaciones y seguridad en base a la cantidad de pasajeros que transportan”.
Aparte de eso, agregó, la cantidad de accidentes e incidentes son mucho menores a cualquier otro medio de transporte y eficiencia de la industria aérea.
Las alianzas entre las empresas permiten la búsqueda de operaciones más eficientes, no solamente en el ámbito tecnológico, sino en procesos de servicio y atención.
Infraestructura vs. tecnología
El ejecutivo considera que los países de la región están empujando su infraestructura frente a los avances tecnológicos de la industria.
Es un proceso, dijo, que quizá no ha ido tan rápido, pero es un proceso en el cual hay mejoras y mejorías impresionantes, como es el caso de Panamá.
“La infraestructura que está haciendo Panamá es grandísima; El Salvador está a punto de hacer una modificación de su aeropuerto, aquí (en Honduras) estamos discutiendo el asunto de Palmerola y en Guatemala se ha hecho una inversión sólida”.
“O sea que han ido creciendo, mejorando y yo siempre digo que hay espacio para mejorar, pero no hay duda que hay un crecimiento y mejora en todo lo que es infraestructura en la región”, apuntó.
Sobre los constantes cuestionamientos que se hacen al aeropuerto de Toncontín en Tegucigalpa, en relación con las medidas de seguridad en el mismo, dijo que “si nosotros volamos es porque estamos convencidos de que todas las medidas de seguridad se han cumplido, sino, no voláramos”.
Dijo que todos los pilotos de su aerolínea pasan por un proceso de entrenamiento, antes de viajar a Toncontín. Incluso, recordó que él, personalmente vino a filmar un aterrizaje para pasarlo luego a los simuladores de vuelo y que los pilotos pudieran practicar sus aterrizajes.
“Ahora el aeropuerto ya no es ni sombra de lo que era. Expandieron unos metros más a la pista, cepillaron una loma que había allí, quitaron unos edificios que había del otro lado, o sea que el aeropuerto ha ido mejorando en su infraestructura y que podemos tener algo mejor, pues bienvenido sea”.
Consideró que el problema de Toncontín es que simple y llanamente no tiene para dónde crecer y que Palmerola da esa oportunidad y va a permitir que lleguen aviones de mayor tamaño, que por ahora solamente llegan a San Pedro Sula y a Roatán.
Entre 2000 y 2013, Honduras ejecutó un proyecto de ampliación de 300 metros de pista de Toncontín, que permitió tener 150 metros más de pista útil, 60 metros de franja de seguridad de pista, 90 metros nivelados, área de seguridad de extremo de pista, construcción de márgenes a cada lado de la pista activa, y la construcción de una cerca perimetral de 1,900 metros para cumplir con la seguridad de la zona aeronáutica.
El proyecto contempló la eliminación de algunos obstáculos en la zona de aproximación que significó la remoción de más de 180,000 metros cúbicos de tierra.
