Si los trabajadores de una empresa no reciben las herramientas, el entrenamiento, el tiempo, el desarrollo, la visión, las expectativas y los recursos que necesitan para hacer su trabajo, experimentarán una baja moral.
Esto provoca que los mismos deje de importarles sus labores o no intenten prosperar. Es aquí donde entra el jefe, que necesita convertirse en un líder para mejorar el ánimo de sus trabajadores.
El primer rasgo es una tendencia narcisista, que hace sentir a los demás como perdedores, proclamándose único ganador. Por otra parte, un mal líder no reconoce a nadie por el buen trabajo, lo que disminuye la motivación.
El comportamiento de controlador puede crear un ambiente laboral sofocante.
Una característica es la falta de compartir la información en el trabajo. Esto genera falta de confianza entre los trabajadores y el líder de equipo
baja moral