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¿Más impuestos para enfrentar la pobreza?

  • 04 octubre 2016 /

El millonario gasto público no reduce los índices de pobreza del país del 68% de la población. Analistas proponen revisar los impuestos directos para los ricos

Tegucigalpa, Honduras.

El principal reto de la política fiscal en la región centroamericana, y en Honduras en particular, para enfrentar y disminuir la desigualdad de una manera estructural, es ir más allá del gasto en políticas públicas y cobrar más impuestos directos al que más tiene.

Así lo plantea el director ejecutivo del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), Jonathan Menkos, quien participó en el foro “Estabilidad, crecimiento y desarrollo de la economía en Honduras”, realizado en Tegucigalpa.

“El problema de la carga tributaria en Honduras no solo es su tamaño reducido comparado con los desafíos, las necesidades de más inversión que tiene el Estado. La carga tributaria es además muy regresiva, es decir que se basa principalmente en el cobro de impuestos indirectos que hacen que las grandes mayorías sean las más afectadas por la tributación”, apuntó.

Carga fiscal.

Según datos del Icefi, la carga tributaria centroamericana alcanzó en 2015 el 13.9% del PIB, marcado por las reformas tributarias impulsadas en el período por los gobiernos de Honduras y Nicaragua.

En Honduras la carga tributaria alcanzó el 17.4% con respecto al Producto Interno Bruto (PIB). A junio de este año, los impuestos cobrados en Honduras se acercaban a los 44,228.9 millones de lempiras, 6,652.9 millones (17.7%) más que los recaudados en el mismo período del año pasado.

Los impuestos sobre la renta, venta, combustibles e importaciones siguen siendo los más importantes, representando el 91% de la recaudación.

“Si se quiere tener una carga tributaria mayor, nuestra sugerencia es básicamente que el Estado revise sus privilegios y exenciones fiscales y también promueva el pago de impuestos directos: impuestos sobre la renta, impuestos sobre propiedades y no incrementos de impuestos vinculadas con el consumo”, explicó el ejecutivo de Icefi.

En el foro se plantearon los retos de Honduras en materia económica, marcados por los altos niveles de desigualdad social entre su población y los injustos niveles de distribución de la riqueza. Se dijo que es un país en el cual el 10% de la población se queda anualmente con el 40% del ingreso nacional.

“Y esto –dijo Menkos- tiene sus problemas porque si ustedes le dan 1,000 lempiras al 60% de los hogares de la población con menos recursos es porque esos 1,000 lempiras se van a convertir en consumo y eso se va a volver crecimiento económico, en tanto si le dan un millón de lempiras al 10% de la población hondureña con más recursos, eso se va a convertir probablemente en ahorro”.

Planteó que para disminuir desigualdad en el corto plazo es necesario hacer un mejor gasto público y que si se quiere disminuir la desigualdad, se debe actuar directamente sobre los impuestos: “quitar un poquito a aquel que tiene el 40% de los ingresos y traducirlo en gasto público”.

Potencial y debilidades.

El consultor del Banco Mundial, Marco Hernández, resaltó el potencial de Honduras para hacer frente a los desafíos de crecimiento económico.

Es un país --dijo-- con una ubicación privilegiada y con uno de los mayores ingresos de flujo de capitales externos, como las remesas y la Inversión Extranjera Directa (IED), que es una de las más altas de la región (de alrededor del 6% del PIB).

Agregó que Honduras cuenta con una base industrial sólida, con un sector manufacturero importante que lo posiciona como uno de los países con las tasas más altas en términos de manufactura, que exporta a más países, y el que ocupa el segundo lugar en la tasa de comercio en relación con la economía de la región.

Señaló, sin embargo, que si bien el país ha registrado crecimientos económicos, los mismos no se han visto reflejados en el 40% más pobre de su población por temas como bajos niveles de educación e infraestructura, y el crecimiento de los niveles de migración y el crimen.

Es un país con bajos niveles de crecimiento de su PIB per cápita y bajos niveles de acceso a financiamiento.

Solamente el 6% de adultos tiene una tarjeta de crédito y eso se compara con el 20% en el resto de la región.

Uno de cada 10 hondureños es de clase media frente a uno de cada tres en el resto de la región.

Es de los países con una pequeña clase media en la región.

En términos de educación, se registran altos índices de deserción escolar, hasta del 50% en algunas regiones, y solo uno de cada 10 niños tiene desempeño satisfactorio en matemáticas, lo que afecta las posibilidades de inclusión para el futuro.

Hernández dijo que “romper estos círculos de crimen, migración y calidad institucional va a requerir una estrategia integral, que llama a la necesidad de que toda la sociedad pueda plantearse nuevos elementos para poder seguir adelante y cambiar la situación de prosperidad en el país”.

El exministro de Finanzas, Arturo Alvarado, opinó que se necesita de un marco institucional fuerte, que promueva lo que realmente el país necesita.

“Si no, no vamos a lograr salir de la situación en que estamos”.

“Necesitamos un andamiaje institucional que realmente permita que el país pueda avanzar, y la mayoría de las instituciones en Honduras están altamente politizadas y por lo tanto no funcionan, y así es muy difícil avanzar”.

En su criterio, el tema toral de Honduras es la debilidad institucional. Cada vez es más evidente que son las instituciones las que consiguen promover el clima adecuado y el crecimiento de la productividad y el desarrollo económico.

Los países ricos son ricos porque habitualmente cuentan con buena política económica, instituciones creíbles y estables que crean el marco adecuado para la inversión y el funcionamiento del estado de derecho.

En conclusión --dijo--, nuestra inmensa carrera está en lograr la reconciliación de la familia hondureña y la conciencia de los ciudadanos para lograr buenos gobiernos, que la clase política actúe en forma transparente y honesta, sin sesgo, que la justicia actúe para combatir frontalmente la impunidad y que exista la independencia de poderes.

Necesitamos un plan de nación ampliamente socializado y de cumplimiento obligatorio para que deje el gobernante cada cuatro años de estar inventando.

Miramos que las políticas de reducción fiscal en Honduras no reducen la pobreza, más bien la aumentan. También vemos que la desigualdad se reduce entre 3 y 5% y sus vecinos (países) un 10%