Tegucigalpa, Honduras.
Un grupo de productoras afiliadas en 14 organizaciones cacaoteras lograron marcar la pauta al convertirse en la primera asociación de esta naturaleza en lograr su personería jurídica a nivel de Honduras y posiblemente de Latinoamérica.
Se trata de la Red de Mujeres Cacaoteras y Chocolateras de Honduras (Redmuch), creada en 2011 con el apoyo del proyecto de promoción de sistemas agroforestales de alto valor con cacao en Honduras que ejecuta la Fhia en conjunto con el Gobierno de Canadá.
“Esto nos permite llegar a la vida institucional, ser visibilizadas como institución y seguir desarrollando nuestros plantes y proyectos para la transformación del cacao”, refiere Lila Argentina Uclés, presidenta de la Redmuch, que suma más de 180 damas dedicadas a este cultivo.
La productora añade que este logro permite fortalecer el emprendimiento de la mujer en cualquiera de las cadenas de producción de cacao.
Adolfo Martínez, director general de la Fundación Hondureña de Investigación Agrícola (Fhia), sostiene que estos esfuerzos fortalecen el núcleo familiar para mejorar la situación económica.
“Vemos los resultados de la semilla que hemos sembrado y esperamos que continúen creciendo porque son productos de excelente calidad que tendrán buen mercado en el país y en el extranjero”, añade Martínez, quien exhorta a seguir apoyando el posicionamiento y consolidación de las empresas lideradas por mujeres que participan en actividades innovadoras.
En una feria de productos de cacao y chocolate que la Redmuch celebró en Tegucigalpa participó además Claude Beauséjour, director del Programa de Desarrollo de América Central que promueve el Gobierno de Canadá.
El funcionario asegura que la organización de hondureñas quizá sea la primera en obtener su personería jurídica en Latinoamérica.
“Las mujeres deben estar al centro de cada iniciativa del país, innovando y entrando a una actividad que no conocían hace cinco años”, destaca Beauséjour, al tiempo que valora el rol de la mano de obra femenina en una industria de crecimiento y de la que Honduras cosecha las 1,500 toneladas métricas cada año.
Un grupo de productoras afiliadas en 14 organizaciones cacaoteras lograron marcar la pauta al convertirse en la primera asociación de esta naturaleza en lograr su personería jurídica a nivel de Honduras y posiblemente de Latinoamérica.
Se trata de la Red de Mujeres Cacaoteras y Chocolateras de Honduras (Redmuch), creada en 2011 con el apoyo del proyecto de promoción de sistemas agroforestales de alto valor con cacao en Honduras que ejecuta la Fhia en conjunto con el Gobierno de Canadá.
“Esto nos permite llegar a la vida institucional, ser visibilizadas como institución y seguir desarrollando nuestros plantes y proyectos para la transformación del cacao”, refiere Lila Argentina Uclés, presidenta de la Redmuch, que suma más de 180 damas dedicadas a este cultivo.
La productora añade que este logro permite fortalecer el emprendimiento de la mujer en cualquiera de las cadenas de producción de cacao.
Adolfo Martínez, director general de la Fundación Hondureña de Investigación Agrícola (Fhia), sostiene que estos esfuerzos fortalecen el núcleo familiar para mejorar la situación económica.
“Vemos los resultados de la semilla que hemos sembrado y esperamos que continúen creciendo porque son productos de excelente calidad que tendrán buen mercado en el país y en el extranjero”, añade Martínez, quien exhorta a seguir apoyando el posicionamiento y consolidación de las empresas lideradas por mujeres que participan en actividades innovadoras.
En una feria de productos de cacao y chocolate que la Redmuch celebró en Tegucigalpa participó además Claude Beauséjour, director del Programa de Desarrollo de América Central que promueve el Gobierno de Canadá.
El funcionario asegura que la organización de hondureñas quizá sea la primera en obtener su personería jurídica en Latinoamérica.
“Las mujeres deben estar al centro de cada iniciativa del país, innovando y entrando a una actividad que no conocían hace cinco años”, destaca Beauséjour, al tiempo que valora el rol de la mano de obra femenina en una industria de crecimiento y de la que Honduras cosecha las 1,500 toneladas métricas cada año.
