El intercambio comercial entre Honduras y el viejo continente experimenta un crecimiento gradual; pero todavía falta mucho para aprovechar al máximo el Acuerdo de Asociación (AdA), señala Ketil Karlsen, jefe de la delegación de la Unión Europea (UE) en Honduras.
El diplomático detalla a LA PRENSA que los dos bloques atraviesan “esas pocas situaciones en la vida en las que todos ganan”.
La crisis económica no solo es de Europa, sino mundial, pero a pesar de eso lo que hemos visto es que el comercio entre la Unión Europea y Centroamérica realmente ha crecido mucho desde 2008, cuando empezó la crisis financiera. Entre 2008 y 2013 las exportaciones de Centroamérica a Europa crecieron 15% en promedio; es decir, aunque atravesamos un período con crisis financiera, nunca se ha visto un aumento tan significativo como en este lapso y este es el caso con Honduras. Por eso soy muy optimista que vamos a ver continuos incrementos del intercambio comercial y de inversiones también.
El café sigue siendo la estrella de las exportaciones hondureñas y ahora hay empresas muy significativas que están importando grandes cantidades del grano hondureño. Los melones, sandías, bananos son otros productos importantes. Hay nuevos como el cardamomo, que no es un producto tan significativo a nivel de mercado, pero que está ganando su lugar. Algunos otros más técnicos como los circuitos electrónicos se han importado y con eso vemos que se está ampliando gradualmente la oferta de productos que se exportan a la Unión Europea.
Veo un gran potencial en el cacao porque hay una demanda mundial y muchos expertos prevén más oferta para los próximos años. Este es el caso especial de Europa, sobre todo en productos de calidad, esos sí tienen un mercado amplio.
Creo que un país no excluye al otro. Es fundamental recordar que no solo somos cooperantes, porque con mirada de una colaboración al largo plazo, evidentemente el mejor éxito es no tener necesidad de la cooperación internacional. Preferimos hacer intercambio comercial y diálogo político sin esta necesidad; pero como todavía en Honduras existe una pobreza y desigualdad muy fuerte, seguimos con la cooperación internacional e incluso hemos aumentado ligeramente la cooperación hacia este país para el período 2014-2020.
Lo que veo como una visión en mi desempeño como embajador en el país es vincular cada vez más lo que hacemos, hasta en la medida que la cooperación pueda apoyar a generar empleo, producir oportunidades comerciales y mejorar la competitividad en Honduras.
No solo venir a regalar dinero, sino que de una forma inteligente unir lo que sí hacemos a través de la cooperación internacional con la promoción del intercambio comercial y con el diálogo político. Cuando vinculamos eso logramos un impacto más importante. Queremos ser socios y no solo cooperantes.
Estamos promoviendo y lanzando proyectos constantemente. Tenemos sectores fundamentales, uno es la seguridad alimentaria y nutrición; pero parte de eso es la generación de mejores condiciones de productos entre sectores pobres, sobre todo del corredor seco. Eso genera mejores ingresos y eventualmente más oportunidades de exportación.
Miramos de forma muy positiva y es un buen camino para todos los países del mundo considerar cómo de una forma eficaz y económicamente viable se pueden buscar soluciones de energía renovable y es algo que apoyamos plenamente y con las que tenemos muchas experiencias en proyectos de alta calidad en toda la región europea.