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Las acciones bailan al son de los bancos centrales

  • 01 abril 2015 /

Las políticas de crédito barato han disparado los precios de los principales índices en el mundo.

Las acciones en Estados Unidos y los grandes mercados del mundo tienen numerosas razones para destapar la champaña y empezar a celebrar una seguidilla de récords.

Al menos 17 índices bursátiles batieron máximos históricos en países como EE.UU., Gran Bretaña, Alemania e India, cortesía de las políticas de crédito barato de los bancos centrales y señales de estabilidad en algunas economías.

Las bolsas de España, Japón y Francia rondan sus mayores niveles en 12 meses.

En el caso de EE.UU., el Promedio Industrial Dow Jones y el índice S&P 500 han batido una marca tras otra, pero la racha alcista perdió bríos a fines de marzo ante las preocupaciones por el impacto del alza del dólar en las ganancias de las empresas.

Los inversionistas indican que las tasas de interés sumamente bajas que imperan en el mundo son una de las grandes razones por las que esperan que las alzas continúen en numerosos países, lo que los impulsa a buscar opciones de mayores retornos, como las acciones. El impacto de las políticas de estímulo de los bancos centrales no se limitó a la renta variable y también abarcó los mercados de divisas y de deuda soberana.

Tras el lanzamiento en marzo del gigantesco programa de compra de bonos del Banco Central Europeo, una política conocida como en la jerga financiera como flexibilización cuantitativa, el rendimiento del bono del gobierno alemán a 10 años descendió a 0,18% y el del bono francés de idéntica duración a 0,48%. El bono del Tesoro de EE.UU. a 10 años rinde 1,85%, una baja frente al 2,17% de fines de 2014.

“¿Si no inviertes en acciones, entonces dónde?”, pregunta Dennis Stattman, gestor del fondo Global Allocation Fund de BlackRock, que gestiona alrededor de US$54.800 millones en activos.

Muchos inversionistas, no obstante, enfatizan que el crédito fácil no es el único motor de auge.

También observan una mejora incipiente en economías importantes, como la zona euro y Japón.

Esto, sin embargo, no significa que las economías de países que antes estaban en aprietos ahora estén prosperando. “Se está viendo una mejoría modesta y con eso basta”, afirma Vincent Montemaggiore, gestor del fondo Fidelity Overseas Fund que administra unos US$3.700 millones.

Paul Ehrlichman, director del equipo global de acciones subvaloradas de ClearBridge Investments, que gestiona alrededor de US$2.700 millones, dijo que los esfuerzos para reestructurar las economías de Japón, China y la zona euro, con la colaboración de las bajas tasas de interés, apuntan en la dirección correcta hacia una recuperación de la economía global. “Estamos pasando de motores de crecimiento insostenibles a motores de crecimiento sostenibles”, manifestó.

También hay otros factores en juego, como el impacto de la caída en los precios de la energía. Esto debería beneficiar a economías que dependen de las importaciones de petróleo, como Japón, así como a las acciones de las empresas de consumo.

Otro impacto tiene lugar en los mercados de divisas, donde muchos inversionistas prevén que la fortaleza del dólar continuará y están comprando acciones de compañías que se ven favorecidas por el debilitamiento de sus monedas, como los grandes exportadores alemanes y japoneses.

El dólar acumula un alza en torno al 13% frente al euro en lo que va del año, como resultado de las compras de bonos soberanos de la zona euro de parte del BCE. Los mercados, asimismo, anticipan un alza de las tasas de interés de corto plazo en EE.UU. Estas dos fuerzas incentivan la compra de dólares, puesto que el alza en las tasas de interés generan un mayor retorno sobre la moneda.

Sin embargo, un dólar más fuerte perjudica las ganancias y encarece los productos de las multinacionales domiciliadas en EE.UU. y cuya presencia domina la composición del Promedio Industrial Dow Jones así como del índice S&P 500. El resultado es que pese a que la racha alcista de la bolsa estadounidense ya dura seis años, podrían haber escollos en el camino.

Un factor positivo, en todo caso, es el abaratamiento de los precios de la energía.

Scott Migliori, quien administra US$17.800 millones como director de inversión de renta variable en EE.UU. de Allianz Global Investors, dice que es sólo cuestión de tiempo antes de que los beneficios de los menores precios de la gasolina empiecen a aparecer. “Los consumidores no han tenido el tiempo suficiente para adaptarse a la caída en los precios del petróleo”, asevera.

Un riesgo de aquí en adelante, dicen los expertos, es la alta valuación de las acciones estadounidenses. El S&P 500 se transa a unas 16,7 veces las ganancias previstas de los próximos 12 meses, por encima del promedio de 10 años de 14,1, según la proveedora de datos FactSet.

“El mercado estadounidense parece menos atractivo que otros mercados importantes”, señala Stattman, el gestor de fondos de BlackRock. “No es que tengamos una opinión negativa sobre Estados Unidos”, aclara. “Pero estimamos que se puede ganar más dinero fuera de EE.UU.”.

Otra posible señal de advertencia para los inversionistas es la posibilidad de que la Fed empiece a subir las tasas de corto plazo durante este año.

El banco central estadounidense, no obstante, ha indicado que espera seguir adelante con un ritmo muy moderado de incrementos y algunos indicadores muestran que los inversionistas no anticipan un alza hasta septiembre.

Jason Trennert, estratega jefe de inversión de Strategas Research Partners, sostiene que los inversionistas esperan que la Fed se limitará a normalizar las tasas de interés. Pocos prevén una política restrictiva orientada a frenar el crecimiento.

En el caso de las acciones, subraya, “tenemos una Fed que estimula y un buen crecimiento de las ganancias... mejor, imposible