20/04/2024
05:39 AM

Al tacaño más rico del mundo jamás le interesó el dinero

Sam Walton, fundador de Walmart, hizo una gran fortuna al comprar y vender barato.

Nueva YorK, Estados Unidos

Sam Walton nació en 1918 en Kingfisher, Oklahoma, justo en el centro de Estados Unidos. Tras la Gran Depresión en 1929, su padre Thomas Walton comenzó a trabajar en una agencia que expropiaba fincas en Misuri en nombre de una compañía de seguros.

En algunas ocasiones, Sam viajaba con su papá y allí comprobó cómo este se esforzaba por dar un mínimo de dignidad a los granjeros que estaban a punto de perder sus tierras porque no podían pagar los préstamos.

Sin duda, fue entonces cuando Sam adquirió su cautelosa actitud hacia el dinero. Incluso cuando la revista Forbes lo nombró el hombre más rico del mundo desde 1982 a 1988, seguía siendo un tacaño.

“Jamás le he dado mucha importancia al dinero. La riqueza es tener para comer y un sitio bonito para vivir; mucho espacio para mis perros, un lugar para cazar, un lugar para jugar al tenis y medios para darles a mis hijos una buena educación. Eso es la riqueza”, escribiría poco antes de morir en 1992.

Desde joven descubrió que tenía facilidad para vender cosas, pues cursó la secundaria y la universidad repartiendo periódicos. Al poco tiempo de graduarse comenzó a trabajar en una tienda de J. C. Penney en Des Moines, Iowa, por una paga de $75 a la semana.

Éxito. En su primer empleo como minorista descubrió que llamar “socio” a los empleados hacía que se sintieran orgullos de la empresa para la que laboraban.

Con la ayuda de su suegro, Sam compró una franquicia de la cadena de tiendas Ben Franklin. Justo en la acera de enfrente había otra tienda, a la que él dedicaba horas paseándose por delante y observando cómo hacían las cosas. Esto se convirtió en un hábito de por vida.

Su filosofía y clave del éxito era: compra barato y vende barato, en grandes volúmenes y rápido. En cinco años se multiplicaron por tres las ventas totales. Su tienda Ben Franklin era la que más vendía en su Estado y de todos los vecinos. La gente era avara y jamás dejó pasar una oferta.

En 1950 se mudó a Bentonville en Arkansas, con su esposa Helen y sus cuatro hijos, donde instaló una tienda a la que llamó Walton 5&10. Le fue tan bien que abrió otras 15 tiendas junto con su hermano Bud a lo largo de la década siguiente. Otro secreto era llevar sus cadenas donde otros no habían llegado.

El 2 de julio de 1962, Sam abrió su primer almacén de artículos de descuento en Rogers, Arkansas. Ese tipo de comercios, en los que se vendía de todo, desde ropa de marca hasta repuestos de automóvil, eran el futuro. Sin embargo, era tan tacaño que redujo el nombre todo lo que pudo para que tuviera las menos letras posibles: la nueva tienda se llamó Walmart. Prometía “precios bajos todos los días”.

Aunque a principios de los 80 la fortuna de Sam era de $2,800 millones, seguía cortándose el pelo por $5 en una barbería de su pueblo y jamás dejó propina.