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El escándalo en Petrobras aumenta la presión sobre la cúpula

  • 16 diciembre 2014 /

Las acciones de Petrobras se han desplomado a su nivel más bajo en una década.

Río de Janeiro, Brasil.

Maria das Graças Silva Foster empezó a tra­bajar en la petrolera estatal bra­sileña como pasante universitaria hace más de 30 años. Ahora, como su presidenta ejecutiva, enfrenta presiones para que renuncie.

Petróleo Brasileiro SA se en­cuentra en medio de una investi­gación de corrupción multimillo­naria que ha implicado a tres ex ejecutivos de la empresa y más de 20 ejecutivos de las mayores com­pañías de construcción de Brasil. El escándalo amenaza con socavar el gobierno de la recién reelecta presidenta Dilma Rousseff.

El vicepresidente de Brasil, Mi­chel Temer, dijo el martes ante re­porteros en un evento en Rio de Janeiro que Rousseff “evaluará lo que es mejor” acerca de la ges­tión de Foster. La presidenta y la ejecutiva son buenas amigas. Un vocero de Rousseff no quiso hacer comentarios.

Las acciones de Petrobras se han desplomado a su nivel más bajo en una década, golpeadas por el escándalo de corrupción y el colapso del petróleo. Los ADR cerraron el martes en Nueva York en US$6,28. Hace cuatro meses, co­tizaban por encima de US$20.

Desde que estalló el escándalo en marzo, Petrobras y Foster han sostenido que fueron víctimas de la presunta corrupción y no estaban al tanto de la misma sino hasta cuando la policía realizó el primer arres­to en el caso. Los fiscales no la han implicado en sus acusa­ciones contra los ex ejecutivos de Petrobras. La empresa se abstuvo de hacer comentarios y ha recha­zado repetidas solicitudes para una entrevista con Foster.

Un creciente grupo de altos funcionarios del gobierno, polí­ticos y analistas dicen que el es­cándalo es una humillación para Brasil y una gran distracción para Petrobras, que ha retrasado dos veces la divulgación de sus resultados del tercer trimestre. El procurador general de Brasil dijo este mes que la cúpula de la empresa debería ser reemplazada.

“Una forma de devol­verle la credibilidad a la empresa es nombrando nuevos directores, nue­vos ejecutivos”, apun­ta Mendonça Filho, un político del partido de oposición Demócratas, también cono DEM.

Los fiscales en Brasil aseguran que varios ex ejecutivos de Pe­trobras coludieron con empresas constructoras para cobrarle en exceso a Petrobras por contratos de trabajo y embolsarse millones de dólares. También afirman que parte del dinero fue a parar a los bolsillos de políticos del Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff y otros grandes partidos políticos. Representantes del PT ha negado la acusación. Hasta ahora, 36 per­sonas han recibido cargos que in­cluyen lavado de dinero y fraude.

Foster, de 61 años, fue nombra­da presidenta ejecutiva a princi­pios de 2012. Creció con bajos recursos en una favela de Rio de Janeiro y reciclaba latas de niña para pagar por su educación.

Los inversionistas inicialmen­te se vieron alentados por su nom­bramiento. Foster, titulada como ingeniera química, goza un am­plio respeto por sus conocimien­tos técnicos.

“Le puede preguntar: ‘¿Cuán­to petróleo extrae esta platafor­ma en particular al día?’, y te dará la cifra”, cuenta Sergio Lazzarini, economista de la escuela de nego­cios brasileña Insper.

Con la caída de los precios del crudo, Petrobras enfrenta una escasez de efectivo. La compañía anunció el viernes que reducirá sus ambiciosos planes de explo­ración y producción de petróleo en altamar. Petrobras, la más en­deudada de las grandes petroleras del mundo, dice que tiene suficien­te capital para operar durante los próximos seis meses. No obstante, el gobierno de Brasil ha tomado medidas para garantizar su deuda en caso de que la empresa necesite pedir prestado antes.

“Quizás un nuevo rostro le daría un soplo de aire fresco a la compañía”, señala Ricardo Bedre­gal, analista de la consultora IHS en Rio de Janeiro. “A pesar de que quizás (el escándalo de corrup­ción) no sea culpa suya, la gente está buscando echarle la culpa a alguien”.