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Pueblo sin habitantes se vuelve atracción turística

  • 22 noviembre 2014 /

La mayoría de las casas del poblado tienen 500 o más años de antigüedad.

China.

Huangling, un pequeño pueblo de la provincia de Jiangxi, en el sureste de China, se ha convertido en una localidad singular, pues se ha vaciado de habitantes para llenarse de turistas.

Las autoridades locales lo promocionan como “el pueblo más bonito de China” y, con el objetivo de proteger su belleza, quienes allí residían han sido desalojados, con el fin de que la localidad quede intacta para el disfrute de quienes vienen de fuera a visitarla.

Situado en un valle plagado de terrazas donde se cultiva arroz y colza, este pueblo milenario está formado por poco más de un centenar de viviendas, la mayoría de las cuales se construyeron hace aproximadamente seis siglos.

En los tejados de las casas, los lugareños ponen a secar maíz, calabaza, pimientos chile o flores de crisantemo, lo que da a la panorámica un toque de color que contrasta con el blanco y el marrón de las viviendas, con una arquitectura de estilo hui.

Además, al pasear por sus calles, al visitante se le invita a entrar a las casas, se le agasaja con pasteles o “jiaozi” (“raviolis” típicos asiáticos) y se le anima a participar en las actividades cotidianas.

La estampa que ofrece Huangling sería idílicamente bucólica si no fuera porque no es del todo real.

El pueblo se ha convertido en una especie de museo etnológico o parque temático sobre la vida rural china -con una entrada de 135 yuanes (18 euros, 22 dólares)- y los antiguos vecinos han pasado a ser figurantes en un montaje en el que todo el protagonismo recae sobre el turista.

Un empresario de la zona, Wu Xiangyang, con más de una década de experiencia en el sector del turismo, quedó fascinado por las fotografías del pueblo que hicieron unos amigos suyos unos años atrás.

Intuyendo que había encontrado un filón turístico, se lanzó a transformar la villa en un “resort” y creó una empresa con este propósito, Wuyuan County Cultural Development.

Según reconoció el empresario en una rueda de prensa reciente, su idea era un “experimento”, pero ya la está llevando a la práctica.

En 2008, Wu se hizo con las viviendas de los alrededores de 300 habitantes que entonces tenía el pueblo y a cambio les proporcionó un alojamiento en municipios cercanos.