San Pedro Sula, Honduras.
El dólar ya se cotiza a más de 21 lempiras. Eso significa que la moneda nacional ha perdido su valor frente al billete verde, pero también que los costos se encarecen, sobre todo para los sectores productivos hondureños.
En este caso, el efecto más inmediato lo perciben los productores que abastecen el mercado nacional, quienes presentan pérdidas económicas debido al incremento de precios de los insumos agrícolas en más del 13%. La devaluación los tiene inmersos en una situación complicada porque sus gastos son mayores que sus ingresos.
Según la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), en Honduras se contabilizan unos 500 mil productores activos.
De ese número, el 70% (350 mil), están afectados por el deslizamiento de la moneda nacional, asegura Juan Valladares, presidente de Prograno.
Julio Aparicio, asesor presidencial en materia de agro, reconoce que la devaluación ha afectado -principalmente- a los rubros que importan su materia prima para la producción.
Entre los más perjudicados están los productores de maíz, frijoles, carne y leche, entre otros.
“Un claro ejemplo sobre algo que les genera pérdidas a los productores son las constantes alzas en los precios de los combustibles”, menciona Aparicio.
Sin embargo, expone que se buscan alternativas para contrarrestar esas pérdidas en el sector productivo. Entre estas, mayores incentivos para algunos rubros como la palma africana, por ejemplo.
“No hay incentivos”
Por el contrario, Juan Valladares dice que los productores nacionales no cuentan con incentivos concretos por parte de las autoridades gubernamentales, situación que de no presentar ningún cambio “ocasionará que el país importe hasta la harina de las tortillas que comen los hondureños y no se quiere llegar a ese extremo”.
“Actualmente no se cubre la demanda local y estamos propensos a aumentar la importación de todos los productos de la canasta básica y esto no será favorable para la economía nacional”, expresa Valladares.
Un ejemplo claro, según el productor, es la relación entre los maiceros y la agroindustria.
“Pretenden pagar con precios indexados al mercado internacional, considerando el valor más bajo en relación con el dólar y los costos de internación aplicados desde hace cuatro años”.
Informes de Prograno indican que el costo de una bolsa de semilla de maíz era de L3,700.00 en 2013. En 2014, el precio ha subido a L4,200.00 (13.5% de incremento).
“Estos aumentos acelerados no nos están dejando utilidades positivas.
Los insumos han tenido un alza de precio de 13%. El aumento en el costo de producción y la baja del precio internacional nos tiene afectados increíblemente”, advierte Valladares.
Piden mediación
Tal y como ocurrió para fijar el precio del arroz en L400 por quintal, el resto de los agricultores pide al Gobierno una mediación en sus negociaciones con la agroindustria para que las propuestas deriven en precios razonables y congruentes con la realidad actual.
“Pedimos al Gobierno que busque un mecanismo urgente porque hay que recordar que nuestros productores pueden aumentar sus volúmenes y lograr mayor exportación para mejorar la economía”.
“La mejor política que se puede desarrollar frente a la devaluación por parte del Gobierno es apoyar a los productores afectados mediante la creación de un proyecto de ley con el que se obtengan exoneraciones en las materias primas importadas”, apunta Valladares.
