Los bancos chinos han acudido a los inversionistas extranjeros para recaudar fondos desde hace varios años, pero ahora cuentan con los bonistas del exterior para levantar miles de millones de dólares en los próximos años.
Los bancos de este país necesitan recaudar hasta dos billones de yuanes (US$330.000 millones) en ventas de acciones y bonos en los próximos cinco años, según McKinsey & Co. Con los crecientes niveles de deudas incobrables en una economía interna en desaceleración, sumados a la debilidad en los mercados de acciones y el aumento en los requerimientos de capital, los bancos chinos ya no pueden depender únicamente de las ventas de acciones y del mercado de bonos del país para financiarse.
“Los bancos chinos están… pidiéndoles a los bancos internacionales de inversión que los ayuden a obtener acceso al mercado internacional”, asegura Dominique Jooris, director de mercados de crédito de capital de Asia, exceptuando Japón, de Goldman Sachs Group Inc. “Esta es una tendencia amplia en la que China pasa a financiarse con recursos externos, pero es una pequeña fracción de sus amplias necesidades de financiación”, dijo Jooris.
Para cumplir con las regulaciones bancarias globales de Basilea III, las cuales entraron en vigencia el 1 de enero de 2013 y se implementarán completamente en 2018, los grandes bancos chinos necesitarán reservar capital “tier-one”, en su mayoría acciones comunes, por un valor de 9,5% de sus activos. La mayoría de los grandes prestamistas estatales, excepto Agricultural Bank of China Ltd. ya han cumplido con esos requerimientos, pero en los próximos años los cinco mayores bancos de China tendrán que refinanciar 118.000 millones de yuanes en deuda con vencimiento entre 2014 y 1015, según Moody’s Investors Service.
Agricultural Bank se abstuvo de hacer comentarios sobre sus capital tier-one, cuya proporción se encontraba en 9,35% a finales de septiembre.
El capital tier-one puede acumularse de dos formas: con valores comunes o acciones o con algunos valores híbridos como las acciones preferenciales, las cuales no tienen derecho a voto pero se encuentran por encima de las acciones comunes en caso de una cesación de pagos y los bonos híbridos.
Eso no quiere decir que los bancos chinos no estén intentando primero con el mercado interno de bonos. En julio, por ejemplo, el pequeño banco Tianjin Binhai Rural Commercial Bank Corp. se convirtió en el primer banco del país en emitir un bono de “muerte súbita”, por 1.500 millones de yuanes a una “base limitada” de inversionistas en China, dijo Jooris. Goldman Sachs y Credit Suisse fueron los facilitadores de la transacción.
Aunque los bonos de “muerte súbita” han estado en el mercado europeo desde hace ya un tiempo, en Asia apenas se han registrado un par de ventas. Son “un instrumento de capital muy nuevo a disposición de los bancos chinos”, asegura Mark Follett, director de mercados de capital de deuda de alto grado en Asia, excluyendo Japón, de J.P. Morgan Chase & Co.
Es probable que los bancos chinos continúen intentando primero con el mercado interno usando instrumentos innovadores de deuda antes de realizar emisiones en el extranjero, dijo Follett.
No obstante, muchos gestores de fondos institucionales del extranjero no muestran interés en los bonos de “muerte súbita”. La mayoría de estos bonos, incluso aquellos emitidos por bancos fuera de China que no están lidiando con una creciente pila de préstamos incobrables, un menor crecimiento en las ganancias y márgenes reducidos en medio de una liberalización de las tasas de interés, fueron comprados por inversionistas individuales acaudalados quienes se vieron atraídos por su alto rendimiento.
“Hay una creciente disposición política entre los gobiernos de todo el mundo para imponer pérdidas a los acreedores como una condición para entregar apoyo estatal a un banco en problemas”, dijo el analista de Moody’s Sonny Hsu en un informe publicado en noviembre. Moody’s dijo que calificaría estos nuevos bonos riesgosos dos o tres niveles por debajo de las propias calificaciones de los bancos para reflejar los riesgos.
La unidad de Hong Kong del mayor prestamista de China, ICBC, fue el primer banco chino en vender un bono de “muerte súbita” denominado en dólares en octubre. La mitad de la emisión de US$500 millones fue comprada por inversionistas individuales acaudalados.