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08:22 AM

Reactivación económica pasa por unir esfuerzos públicos y privados

  • 19 mayo 2020 /

Analista explica los pasos a seguir para volver a la “nueva normalidad”

Redacción

Luego de semanas y meses de la emergencia sanitaria por el nuevo coronavirus, buena parte de la economía mundial todavía se encuentra en pausa.

Si bien las grandes economías de Europa y Norteamérica comienzan a dar los primeros pasos para salir del letargo al que obligó la COVID-19, todavía queda mucho camino por recorrer antes de poder volver plenamente a la “nueva normalidad”. Hay mucho en juego.

En países como los Estados Unidos, los índices de desempleo se han disparado hasta llegar al nivel de casi 15%, superando a la crisis financiera del 2008 y equiparable al nivel de la Gran Depresión de la década de 1930.

Cifras del Departamento del Trabajo de ese país calculaban la pérdida de más de 20 millones de empleos desde mediados de marzo y hasta comienzos de mayo.

Aunque cada vez más estados se unen a la tendencia hacia el desconfinamiento, no hay que perder de vista que en estos momentos, Estados Unidos es el foco principal de la pandemia a nivel mundial, en un país que ya supera las 90 mil muertes por COVID-19 los 1.5 millones de contagios.

La situación es muy similar en otras partes del mundo. En América Latina, países como Honduras mantienen en riesgo cientos de miles de puestos de trabajo.

Juan Carlos Sikaffy, presidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), advirtió que unos 400 mil empleos corren peligro de perderse hacia mediados de este año si no comienza pronto la reactivación económica.

Primer paso: Aplanar la curva

Para el economista Rafael Delgado, el primer compromiso con la reactivación económica consiste en reducir la curva de contagios, aplanándola lo suficiente como para hacer más seguro el regreso a la actividad económica.

“Debemos volver a la vida productiva normal, pero no bajo cualquier condición. Irnos a una reactivación que va a producir contagios masivos es contraproducente; resulta igual o peor que paralizar la producción, porque se tiene enfermo al recurso humano que igual tiene altos costos en las empresas”, advierte.

Delgado considera que las autoridades deben hacer su parte en enfrentar activamente la epidemia mediante la realización de pruebas masivas, como un modo de detección temprana de los casos y frenar la propagación de la enfermedad.

Pero, añade, las empresas “tienen una enorme responsabilidad aquí, y si se da la reactivación cada una debe tener manuales de bioseguridad adecuados para reducir los riesgos de contagio de su personal”.

Estímulos económicos

Una vez que se ha hecho lo necesario para bajar la curva de propagación de la enfermedad, viene entonces la etapa de reconstrucción y reactivación económica.

Este proceso requerirá de algunos incentivos que alivien la ya pesada carga que soportan muchas empresas. Sikaffy del Cohep, señala a este respecto que Honduras ya ha dado algunos pasos. “A inicios de abril se tomaron medidas fiscales en beneficio de la micro, pequeña y mediana empresa, como por ejemplo extender el pago del ISR (impuesto sobre la renta) al 30 de junio”.

Sin embargo, Delgado señala que un elemento igualmente necesario es un “sistema financiero nacional que responda a las necesidades de la gente, con una política de readecuación de deudas que sea una solución a los problemas de mucha gente.

ADEMÁS: La economía después del coronavirus: Cómo prepararse para lo que sigue.

El economista indica que desde el sector público serán necesarios algunos incentivos fiscales, pero observa que estos deben estar enmarcados en “un acuerdo general” que equilibre el alivio a las empresas con la recaudación tributaria.

Las proyecciones apuntan a que la economía mundial sufrirá un considerable retroceso este año y recuperarse del daño económico no resultará fácil, pero una cosa es segura: mientras más pronto se reactive la economía, más pronto podrá comenzar a recuperarse lo perdido.

Así como están las cosas, nos vemos en la desagradable necesidad de escoger entre dos males y sin importar lo que se haga, el dilema no se resolverá sin pagar un alto precio.